Cap 22

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¿ᴀʜᴏʀᴀ ᴛᴇ ᴏᴅɪᴏ?

Era otra mañana en el santuario, Camus como siempre se encontraba vigilando la casa de Acuario, cuando recibió una vista inesperada.

- hola Camus

- ah, hola Aldebarán, ¿Qué ocurre?

- El patriarca me acaba de ordenar que vayas enseguida en sus presencia

- ¿Es algo malo?

- no lo sé

- bien, iré en cuanto antes

Aldebarán se retiró de la casa de Acuario y luego Camus lo hizo después.
Camino donde siempre estaba el patriarca, al entrar lo hizo cuidadosamente.

- Buenos días patriarca

- Hola camus, ven entra

- ¿Qué es lo que sucede?

- bueno, son dos noticias, la primera es que necesito que vayas en un momento al coliseo, y supervisa como se encuentra la condición de los aspirantes a caballeros, y luego de eso prepara tus cosas, en unos días quiero que regreses a Siberia, me informaron los locales que ya hay dos niños que quieren ser aspirantes a caballeros

- ¿De vuelta a Siberia?

- si, ¿Hay algún problema?

- no, solo me tomo por sorpresa la rapidez en la que aparecieron niños a ser aspirantes

- si, ahora ve a dónde te ordene y luego tomarás camino hacia Siberia

- si señor

Camus salió de ahí y se dirigió al coliseo.

Al llegar al coliseo empezó a recorrerlo y no solo el coliseo si no también algunos de los lugares donde estaban entrenando.

Camus esperaba ver una enseñanza estricta pero no al llegar al punto de el abuso de poder, pero lamentablemente fue lo contrario. No estaba horrorizado pero un poco impactado por la forma en que trataban a los chicos, sus "instructores" abusaban del poder que se les conceda y los golpeaban brutalmente, al igual que les daban malas motivaciones y se burlaban de su inexperiencia.

El no pudo evitar su enfado y estaba a punto de ir con el patriarca, pero no pude evitar observar a un joven de no más de 15 años que se encontraba en el suelo bañado en sangre y estaba rodeado de centuriones burlándose de él, y a su instructor golpeándolo con un palo de madera.

- ¿Ahora que vas a hacer niñito idiota?

Le decían de burla, mientras levantaban el palo hacia arriba y le daban un golpe en la espalda, pero Camus rápidamente se interpuso entre el tipo y el chivo, sosteniendo con fuerza y firmeza el brazo del "instructor"

"Hijos de p*ta" pensó Camus mientras veía como el hombre se retorcía del dolor por la fuerza aplicada en su brazo mientras los demás centuriones miraban con temor y se alejaban. Consecutivamente procedió a romperle el brazo y tirarlo al suelo.

Camus se acercó al chico que se encontraba en el suelo, le ofreció la mano para ayudarlo a levantarse.

- M-muchas gracias señor caballero dorado

Ayúdame camus. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora