Cap 31

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- Esto se ha tornado en algo obsesivo

•••

- ¡Maldita sea! - se quejó Milo. El patriarca le obligaba a hacer tareas más diferentes de lo usual, como recientemente, cuándo había asesinado al caballero de Cefeo.
Tenía que escucharlo y tenía que obedecerlo; además, Athena estaba ahí con el, según declaraba a todos, por lo que parecía que ahora eran órdenes respaldadas por Athena.

Odiaba el hecho de tener que hacer todo lo que él le dijera y ordenara, dentro de esas cosas, alejarse de Camus.

Desde aquel día, no se lo podía quitar de la cabeza; podría ser que seguía muy enamorado o que había desarrollado una obsesión por el, y esto llegaba a asustarlo. No quería obsesionarse, lo amaba demasiado pero todo acabo, el lo acabó.

Se termino todo lo que más deseaba que nunca terminará, todo por su culpa, pero prefería culpar al patriarca por alentarlo a ello, aunque sabía en el fondo que la culpa era completamente suya; algunas noche no podía dormir por estos pensamientos.

En la noche tenía el hábito de recorrer el santuario y despejar un poco la mente respirando el aire fresco y admirando el paisaje, pero comenzaba a fastidiarle.
Esa vez hizo el mismo paseo que realizaba como de costumbre; como siempre pasaba por unas cuantas casas, pero prefería rodearlas, ya que no deseaba molestar a ningún caballero dorado, luego recorría el coliseo y regresaba a la casa de escorpio.

Al llegar a la casa de escorpio se encontró con la sorpresiva visita del patriarca.

- Veo que estás muy atento ¿No Milo?

Él se adentro más a la casa para poder hablarle.

- Estaba haciendo mi rutina de siempre, es importante vigilar al santuario

Dijo con una expresión seria mientras se pasaba los dedos por su largo y frondoso cabello.

- Excelente. Iba a pedirle a uno de los caballeros de plata que viniera a verte pero - dió un par de pasos hacia Milo hasta quedar a un metro de él - quise venir en persona para decirte esto

Su voz sonaba más tranquila que en otras ocasiones, pero lo extraño no era eso, por más que le sorprendiera; él nunca venía a verlo en persona.

Miró a los lados y luego volvió a mirar al patriarca. Sentía que algo inusual estaba pasando.

- ¿Recuerdas el día en que Aioros escapo del santuario? Pues se dice que el salvó a Athena, lo cual es absurdo. . . .

Milo levanto una ceja, y titubeó un poco antes de interrumpir al patriarca.

- Disculpe la interrupción, pero nunca se ha visto a Athena en persona misma. ¿Acaso no podría ser una posibilidad que. . .

- ¡Milo! - el enseguida cerro la boca - entiendo tú incertidumbre, pero yo soy el que ha estado en contacto con Athena, la verdadera Athena, y ella ha pedido que su presencia sea ignorada hasta que ella lo decida

Milo siempre estuvo expectante de lo que podría planear Athena conforme a su decisión de esconderse, pero cada vez que el patriarca decía algo en relación con la diosa, huecos argumentales aparecían en lo que decía; comenzaba a dudar de la palabra del patriarca, pero al no saber la verdad, todo era posible.

-Y como decía, antes de que me interrumpieras: Un grupo de jóvenes de la nueva generación de caballeros de bronce, son discípulos de esa impostora. Temo que estén planeando atacar al ser enemigos del santuario, por lo que pido tú máxima atención en cualquier cosa que ocurra

Milo asintió con la cabeza.

- Lo entiendo. Estaré atento, no se preocupe

El patriarca también afirmo con la cabeza y enseguida le dió la espalda a Milo para salir del lugar.

- Ah Milo, una cosa más. Espero que tú rendimiento no se vea afectado por culpa del caballero de acuario, de lo contrario tendré que interferir. No me gustaría que uno de los mejores caballeros se vea opacado por un pensamiento tan obsesionado cómo el que estás teniendo

Al concluir, retomo el paso hacia afuera del lugar. Milo apretó el puño ¿Cómo se atrevía a decir todo eso cuando no sabía nada de él y de lo que sentía?. . . .o tal vez, de verdad estaba obsesionado con Camus.
Volvió a pasar su mano por su cabello, y se sentó en el suelo. Está vez no hablaría más con Camus. Quería demostrarse a sí mismo que podía retomar el camino sin él, después de todo, sabía que no volvería con él.

 Quería demostrarse a sí mismo que podía retomar el camino sin él, después de todo, sabía que no volvería con él

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Ayúdame camus. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora