AU/Universo alternativo
El caballero de Escorpio necesita ayuda, ya que no sabe por qué cambio de género y ahora también medio santuario va tras de ella, solo puede ir con una persona, sin saber que desde ese momento su vida cambiaría para siempre.
...
Aunque era un poco incrédulo de las palabras del patriarca, pero está vez no podía dudar de ninguna manera.
Muy temprano en la mañana Camus llegó a la casa de escorpio, lo que sorprendió a Milo.
- Que sorpresa Camus
Habían pasado varios meses desde que ellos habían conversado sobre algo relacionado a ellos dos, lo demás, era simplemente asuntos del santuario.
- Los caballeros de bronce están invadiendo el santuario, traen consigo a una mujer que dice ser Athena. Le han disparado y vienen hacia la cámara del patriarca
Milo levanto las cejas, ciertamente estaba sorprendido por el hecho reciente, pero algo estaba mal con Camus, se veía más titubeante e incluso su voz se escuchaba tenue.
- Entiendo, estaré atento, no los dejaré pasar
Camus asintió para luego salir de la casa, pero Milo estaba algo confundido.
- Camus
El caballero de acuario lo miro sobre su hombro.
- ¿Si Milo?
- . . .Nada
Respondió rápidamente y también dándole la espalda a Camus. No deseaba discutir con él de ninguna forma.
***
El día transcurría, y una explosión diversa de cosmos se sentían en el ambiente. No temia de ningún modo la aparición de los caballeros de bronce, conocía su propio potencial, pero por alguna razón, las distintas apariciones de poderosos cosmos le causaba confusión.
«¿Cómo unos niños de armadura de bronce hacían que sus compañeros encendieran su cosmos de esa manera?»
De repente sintió el cosmos de Camus encenderse, lo reconocería enseguida y después de unos minutos vio a Camus de nuevo entrando en la casa de escorpio.
- ¿Qué ha ocurrido?
Pregunto Milo impulsandose para despegarse de la pared. Camus lo miró y continúo el paso.
- Me encargue de uno de ellos, no te preocupes. Hyoga no te molestará
Milo miro a Camus mientras avanzaba, pero las palabras no le salían de la boca.
«Hyoga, ese nombre. . . »
Algo le sonaba particularmente familiar en ese nombre, y en ese momento empezó a repasar un poco los nombres que conocía, hasta aquel recordó aquella visita que le hizo a Camus en su estancia a Siberia.
«¿Acaso Camus mató a su propio alumno?»
Le impacto un poco que el hiciera algo como eso, pero esperaba que eso tuviera una buena explicación; Camus se veía muy feliz cuando lo vió convivir con ellos, no podía creer que lo hubiera matado.
Las horas transcurrían y le sorprendió la aparición de los primeros dos. Con solo ver sus rostros podía atinarles una edad. Salió de las sombras de la casa de escorpio y los observó, aunque enseguida ambos comenzaron a atacar. Aunque no le agradaba la idea de tener que matarlos, hacia todo lo posible para que no siquiera lo rasguñaran.
Ambos parecían ser fuertes, pero se dió cuenta en el momento que no eran lo suficientemente fuertes. Le sorprendió cuando uno de ellos logró rasguñarlo, y enseguida contraatacó. Cada vez que lo atacaban, le causaba gracia cuando se sorprendían ,en una gigante magnitud, se asustaban tanto, pero por alguna razón, se sentía idiota por sentir tanta gracia al humillarlos. Había acabado con ellos y se podría decir que solo faltaba el tiro de gracia para poder acabar definitivamente, pero alguien interrumpió en el lugar. Un chico rubio entró. Estaba vivo ¿Cómo era posible? Le pidió que los otros dos se retirarán con el chico que traía en brazos.
En cuanto se marcharon, los dos se miraron, y comenzaron a atacarse. Los ataques que lanzaba eran reconocibles, le recordaban tanto a Camus que era imposible que no adivinaras que el era el maestro de Hyoga. Le sorprendió la versatilidad y resistencia del chico, pero no lo suficiente; le decepcionaba que no fuera a ganarle, más que nada porque no quería ser él, el que lo matara.
Después de un rato, lo logró. Estaba en el suelo inconsciente, y eso le alarmó, pero se esforzó por no mostrar eso en su rostro, así que se acercó y con una de sus técnicas logro que él se estabilizará. Por alguna razón no le causaba ninguna emoción el matar a Hyoga, pero se negaba a hacerlo cuando le había mostrado esa personalidad. Se parecía a Camus tanto que le aterraba.
- ¿Por qué?
Pregunto mientras miraba a Milo. El se puso un poco titubeante.
- Porque has resistido, has superado más de lo que yo pensaba, es eso
El se levantó y en cuanto se puso sostener en sus piernas, camino hacia fuera de la casa de escorpio. Aunque tenia claro que tenía que asesinar a cualquiera que tratara de pasar por ahí, simplemente después de enfrentarse a Hyoga, no podía asesinarlo, y probablemente el moriría en la siguiente casa del zodiaco, o eso esperaba, no podía imaginar que el pudiera sobrevivir; si de eso se trataba, esperaba lo mejor para él.
Cuando se levantó del suelo, se dió cuenta que se había encerrado tanto en sus pensamientos que había olvidado de que Camus estaría esperando por ellos después de las dos casa de sagitario y capricornio.
Aunque siempre era perceptivo y analizaba todas las situaciones, estaba seguro que ninguno llegaria con Camus, afirmaba que Shura terminaría con ellos, pero nunca pensó en lo contrario, ni siquiera lo pensó, y espero sentado en el suelo a las noticias de la muerte de los intrusos, a los cuales reconocía como verdaderos caballeros con una idea estúpida.
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Feliz navidad atrasada. Gracias por leer esto a pesar de las faltas de ortografía y el cringe. Hasta el próximo capítulo:b
