¿Cómo te hace sentir eso? | Traducción

Recuerdos

Había pedido el día libre semanas atrás porque sabía que iba a necesitar un poco de descanso después de la primera semana de regreso a la escuela. Scorpia estaba entrenando a los dos nuevos bartenders que ella estaba contratando en la nueva ubicación para así que aprendan a preparar todas las bebidas y familiarizarse ellos mismos con el menú. Aun así, no pudo evitar sentir que iba a recibir una llamada de la albina a mitad de la noche pidiéndole que vuelva a bajar. Esos nuevos camareros probablemente no podrían manejar una noche ocupada como lo es un viernes por la noche. La música era alta y ella prácticamente podía sentir cuántas personas había en función a la temperatura. Tenía dos ventanas abiertas y un ventilador, obteniendo una brisa cruzada.

Había luchado con una tarea durante las últimas dos horas. Ahora que la música era tan fuerte y ella realmente no podía concentrarse, su frustración alcanzó su punto máximo. Como era demasiado tarde para ir al gimnasio, lo único lógico era llamar a Daniel. Vaya, estaba abajo en el bar, y como obediente perro que es, no tardó mucho en subir las escaleras borracho. Ella se burló de él hasta que estuvo latía roja y llorosa, susurrando palabras que ni siquiera escuchaba. Lo único que le importaba era que él

estaba en la palma de su mano y podía hacer casi cualquier cosa que quisiera. Era un buen sentimiento, un pequeño y agradable refuerzo para su confianza. Cuando se aburrió de burlarse de él, lo echó.

El protestó. ―Pero yo no-

―Lo sé.

―Bueno, ¿puedes al menos-

―No―. Entró en su habitación para desvestirse por completo y ponerse la bata.

―Entonces, ¿puedo hacerlo yo mismo? Tomará como dos minutos, como mucho.

Ella puso los ojos en blanco y se apartó el pelo del cuello del kimono. ―No―. Ella no confía en él para no hacer algún desastre. ―Voy a ducharme―. Ella no escuchó ningún movimiento del otro lado de la habitación. Catra volvió a salir para mirarlo. ― ¡Daniel, vete de una vez, mierda!

―Jesús, mujer. Bueno. Bien―. Él comenzó a vestirse de nuevo. Ella se quedó allí hasta que él estuvo metiéndose la camisa al azar antes de regresar al baño. Una vez que oyó la puerta cerca, abrió el agua y esperó a que se calentara. Finalmente. Dios, era tan difícil deshacerse de él. Todo lo que quería era que alguien jugara un pequeño juego de empujar y empujar de vez en cuando. ¿Era demasiado para pedir?

Escuchó un golpe en la puerta y una nueva ola de irritación la rodeó. Conociendo a esos nuevos los camareros que no lograron su cometido. Ella prácticamente pisoteó la puerta, lista para decirle a Scorpia que le diera 30 minutos y luego estaría abajo para salvar sus traseros. A medida que se acercaba, todavía podía escuchar a Daniel a través de la puerta. ¿Por qué demonios sigue aquí? Ella lo abrió para encontrarlo a él y a Adora, mirando exasperado. Su mente solo se decía "Jodete".

― ¿Qué estás haciendo aquí?

Adora abrió la boca, pero Daniel le gano la palabra. ―Me estoy poniendo al día con Adora aquí-

―No tú. Sé lo que estás haciendo aquí, vete.

―Ahora, solo escúchame. Ella es lesbiana, así que yo fui-

― ¡Oh, por el amor de Dios! ― Catra agarró el brazo de Adora y prácticamente la atravesó puerta.

―Podríamos tener un trí-―. La puerta cerró de golpe a Daniel.

Hubo un momento incómodo de silencio antes de que ninguno de los dos recuperara el rumbo. Adora tenía un brazo cruzó sobre su pecho y el otro hizo un gesto hacia la puerta. ―Dios, lo extrañé―. Por una vez, realmente se miraron y el estado de molestia habitual de Catra se detuvo el tiempo suficiente para reconocer uno de los intentos juguetones de sarcasmo de Adora. El aire entre ellas se sintió alegre solo por ese momento antes de que Catra pudiera protegerse de nuevo, justo a tiempo para que la rubia fuera seria también ― ¿Son ustedes dos... todavía una cosa?