¿Cómo te hace sentir eso? | Traducción

Analgésico

8 años atrás

Adora se recobró, frotando su mandíbula donde todavía sentía una mano sosteniéndola, apretando, doblándose a su voluntad. Había aparecido rápidamente, aparentemente sin provocación, como siempre ocurría, algunos adivinaban. Castigo. Su cara siempre se dejaba limpia, sin ningún golpe, pero sin duda habría un moretón cerca del codo mañana, debido al golpe en la pared. Se secó la cara y respiró hondo un par de veces. Ella no podía dejar que Catra la viera así. Ella hizo una nota mental para disculparse con Dios más tarde esta noche, pero últimamente había sentido que sus oraciones no tenían respuesta.

Se recogió el pelo y se cambió de ropa, por alguna razón se sintió... impura. A menudo lo hacía después  de escuchar sobre el fuego y azufre, y de cómo se va a quemar en el infierno, las charlas que a su madre le gustaba tener. Nada como la amenaza de condenar eternamente a una persona para pasar un buen rato. Cuando Adora baja las escaleras, escucha a su madre desde la cocina ― Recuerda lo que dije, niña. 10:00. Y si fraternizas con el diablo lo sabré.

No es justo. Adora ya casi tenía 17 años. Otros niños de su edad ya estaban manejando, ya tenía teléfonos celulares, se les permiten tener amigos y hacer cosas, ir a lugares. Es algo que desea tener Adora, y este año iba a ser diferente. La Sra. Razz la estaba ayudando a obtener créditos universitarios en los últimos dos años, para por fin irse. Necesitaba contarle a Catra en algún momento su plan, sobre todo lo que pasaba. Pero no esa noche. Con cada pedaleó que daba la rubia sentía que estaba más cerca a su objetivo. Catra estaba a la vuelta de la esquina, pudo ver a la morena a fuera de su casa, esperando. Parecía diferente, ¿feliz?

―Te tomó mucho tiempo. ― No estaba susurrando como solía hacerlo. Su padre debe haberse desmayado borracho, lo que también significaba...

―Sube­― Catra subió a las clavijas de la bicicleta de Adora. Ambas sabían a dónde iban, incluso sin dirigirse la palabra.

Había un estanque a unos 15 minutos, a través del bosque hasta un claro. Nunca vieron a nadie más por ahí. La zona estaba tranquila, la noche estaba siendo iluminada por la luna llena. Adora dejó caer su bicicleta dentro del bosque, ni siquiera intento acomodarla o encadenarla, "estará a salvo, dudo que alguien quiera un bicicleta" Pensó la rubia. Encontraron con facilidad el rastro que habían hecho por sus frecuentes idas, Ese era como su lugar.

―Entonces... tu viejo-―

―Si. ―

―Él hizo...―

―Nah. No esta noche. ―

Adora dejó escapar un suspiro de alivio. Miró a su amiga mientras se sentaba a su lado en la colina cubierta de hierba. Se veía hermosa ala pálida luz de la luna, parecía suavizar un poco la figura de Catra. Adora siempre pensó que la morena tenía los ojos más asombrosos que Dios había creado. De hecho, Catra era la persona más increíble e irresistible. Nadie podía hacer una camiseta vieja y unos jeans se vean muy bien, pero Catra lograba eso. Eran pensamientos como eso, los que ella no podía dejar de tener o alejarse de ellos, eso la hizo preguntarse si Dios la había roto. Adora realmente no estaba enamorada de ella, de su mejor amiga ¿cierto? Pero ¿por qué su corazón daba vueltas cada vez que estaba cerca, cada vez que ella sonríe?

―Entonces, ¿por qué estas de tan buen humor? ― Adora recogió una piedra y la arrojó al estanque, con un 'bloop'.

―Por que ayer cogí con Daniel Hobkins―. Daniel era su vecino de a lado, un idiota, jugador de fútbol, que es tratado con un héroe por la mitad de la ciudad. Pero Adora sabía que era un matón, como el padre de Catra.

Adora se río a medias, pero se detuvo cuando Catra no comenzó a reír con ella. ― Espera, ¡¿lo dices en serio?¡ ¿Por qué?

La morena se encogió de hombros y se recostó, con las manos cruzadas detrás de la cabeza ― Aburrida―. El corazón de la chica más alta se hundió, no sabía como describir la sensación en su pecho. ― Ya nunca estás cerca y él si estaba―. La mente de Adora estaba corriendo, tratando de comprender, tenía muchas preguntas ― lo hubieras visto, tan excitado. Fue un poco triste, la verdad.