¿Cómo te hace sentir eso? | Traducción

El primer corte es el más profundo

Era el primer día de clases y para el final de este, Catra sabía que estaba destrozada. Financiación de empresas iba a ser el final de ella. Estaba caminando de mala gana a su siguiente clase, análisis matemático, pensado que no había alguna posibilidad de que fuera peor, pero ella estaba mal. Era peor. Mucho peor. La chica que se sentó justo a su lado parecía tener una altura menor de 1.50 metros, ni siquiera parecía tener más de 15 años. Esa tenía que ser la peor parte, volver a la preparatoria con malditos estudiantes de verdad. Todos ellos siendo niños virtuosillos inteligentes haciendo clases para la universidad en sus últimos años de preparatoria, para que consigan buenas notas al mismo tiempo. Y después se vayan. Eso es lo que hacen. Porque ellos son mejores que los demás que no son los genios en clases.

Les pidieron que se introdujeran ellos mismos. Catra se sentó allí meditando con sus brazos cruzados sobre su pecho ― ¿Cuánto tienes, como diez?

― Doce. ¿Y tu cuantos, treinta? ― Dijo la pequeña niña de pelo azul entrecerrando sus ojos.

¡Jodete! Tengo veintitrés. Catra se volteó. ¿Esa pequeña enana iba a ser su compañera por el resto de su curso? Pura. Mierda. La profesora comenzó a hablar del plan de estudio lo cual la dejo fuera de zona, ahora estaba hirviendo. Que mal que sea ilegal pegarles a los pequeños niños mocosos malcriados. Cuando la campana timbró, ella se sorprendió de lo rápido que había pasado el tiempo de la clase. Tal vez si ella pretendía estar en otro lugar todo el tiempo, este se iría volando como lo fue esta vez.

Cuando Catra cuelga su maleta en su hombro, puede notar que su maleta estaba un poco más pesada de lo que antes había sentido, aparentemente las malditas palabras de esa enana estaban haciendo presencia en su mente. Catra con casi veinticuatro años y hasta ahora consiguiendo su certificado de estudiante. Esta viviendo en el apartamento del bar de su amiga. ¿No podía ser más lamentable? Eso la hace enojar. Le hace sentir miedo. ¿Qué pasa si nunca llega a ser una adulta exitosa como supuestamente debe de ser? ¿Qué pasa si ella seguirá dependiendo de Scorpia? ¿Qué pasa si es una carga para ella? ¿Qué pasa si ella no logra sacar esas dos estúpidas clases adelante y lo arruine todo? Siente que la correa de su bolso comienza a apretarse y pellizcar su piel, una opresión en el pecho comienza a enrollar a Catra. Uh-oh. Hora de ver a Steve. Ese pensamiento la hizo sentirse peor. ¿Ni siquiera puedes manejar el primer maldito día? Patético. Pero aun así sus pies la llevaron hasta el lugar.

A través del campus, con la cabeza abaja, con la esperanza de que nadie la vea. No hay nadie, pero ella siente la paranoia igualmente. Estaba contando hacía atrás en su mente, tratando de estar en calma. Casi llega. Ella camina por la puerta del edificio de salud, por el pasillo da la vuelta a la izquierda y para en la ventana de la recepción abruptamente. La mujer de la mesa levanta la mirada. Catra ve que ella abre la boca, pero no le da la oportunidad para hablar.

― Vengo a ver a Steve.

La chica tomo su tiempo, más de lo que esperaba Catra. ― Lamento decirle que Steve no trabaja más aquí.

Catra sintió como el piso le iba a ceder por debajo de ella en cualquier momento. ― ¿Qué?

―Ahora tenemos un nuevo consejero en el trabajo, si quieres puedo hacer una cita. ― No, ella no quería hacer una puta cita, ella quería hablar con Steve, ¡Ahora mismo!

― No, yo...― Ella exhalo, Podía escuchar a Scorpia diciéndole que trate bien a la chica. ― Me gustaría ver a alguien ahora, si puedo.

Ella dudó detrás de la ventana ― veré, veré si ella tiene lugar ahora. Mientras tanto, puedes tomar asiento. Volveré en un momento, Catra. ― Que vergonzoso. Venía tan frecuentemente que incluso la chica ya recordaba su nombre. Se sentó lo más lejos posible. Sintió sus uñas enterrándose en sus palmas y sus rodillas estaban rebotando arriba y abajo. Finalmente, la chica se volvió a sentar en su silla. ― Ella estará afuera en un minuto, querida.