¡Onii Chan!

308 48 49
                                        

El ruso se encontraba en la sala leyendo un libro de misterio y México estaba la cocina haciendo la comida mientras tarareaba Matate Tete de Molotov que por cierto increíble banda se las recomiendo.
La puerta fue tocada y el eslavo se levantó a abrirla, cuando la abrío se encontro con un chico con los mismos colores de Venezuela pero sin las estrellas ni el escudo, a lado estaba el anciano de la entrada.

-México!-dijo depués de entrecerrar la puerta.

-¿Qué?-preguntó el tricolor.

-¿Esperas visitas?-recibio un "no" como respuesta.

Volvío a abrir la puerta encontrandose con la mirada impanciente del chico y el anciano solo lo miraba con cara de, ya wey dejalo pasar. Se hizo a un lado para dejar pasar al tricolor el cual se sento en el sillón y el anciano lo miro mal por tener tanta confianza.

-Rusia, podrías dejar de beber directo del bote de jugo, no es que me molesten tus babas pero nunca lo cierras y se echa a perder-el latino salío de la cocina quitandose el mantel y limpiandose una mancha de harina que estaba en su mejilla.

-México!-gritó el chico corriendo a abrazarlo.

-Colombia!-el mexicano correspondio al abrazo, ver a su hermano mayor era una dicha que no siempre se daba, casi nunca, al ser el mayor era uno de los primeros en independizarse de España lo que causo que no le vieran durante mucho tiempo.

-¿Cómo estás hermanito?-preguntó el colombiano apretando el abrazo.

-Bien, yo...no esperaba verte por aquí-le sonrío a su hermano y lo invito a pasar a la cocina para que probara el pan que estaba recien hecho en la bandeja.

Rusia y el anciano se quedaron solos, el eslavo solo suspiro cansado, hoy era uno de esos días en el que el latino se ponia algo distante y no quería que el sovietico hiciera alguna pendejada, se froto los ojos y cerro el libro que había quedado arrumbado en el suelo y se sentó deprimido en el sillón. Don Pancraceo, si así se llama el señor de la entrada, se sentó a su lado y le sonó el hombro de forma alentadora, vamos, de veía a kilómetros esa química que había entre los dos.

-Aveces los sentimientos no sirven si no los puedes expresar-el ruso ladeó la cabeza molesto, a México no le gustaba que lo anduvieran abrazando, como vergas quería que le demostrará su amor.

Don Pancraseo se levanto y salió por la puerta principal, dejando al eslavo acomplejado, apenas tenían unos 7 días de vivir juntos tenía que esperar un poco. Conocer mejor a México.

...

-¿Qué relación tienes con ese sovietico?-preguntó Colombia de brazos cruzados.

-Es mi amigo ¿por qué?-dijo el mexicano confundido por la mirada de su hermano mayor.

-Solo hablas de él-señalo al ruso por la pequeña ventana de la cocina.

-N-no es cierto-dijo México con un enorme sonrojo.

-Claro que si-se cruzó de brazos y lo miro celoso, incesto perras, nah no cierto bueno ya sigo.

-Claro que no!-grito más sonrojado que antes.

-Aja, por cierto, supiste lo de la boda de Chile?-ladeo la cabeza negando.

-¿Chile se va a casar?-preguntó el mexicano confundido recibiendo un asentimiento del contrario.

-Parece que las cosas van bien con el aleman y se van a casar-dijo Colombia entregandole una invitación al tricolor con escudo de aguila (oigan hablando de aguilas, no les gustaría que México tuviera una mascota), abrío el sobre blanco, venía la dirección de un hotel y bueno todo el rollo que las invitaciones para boda-¿Dama de honor?-miro a Colombia con una ceja arqueada.

Tu angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora