Capítulo 3: Perras escandalosas, paseo tropical, y confesiones
Recién me enteré que el hotel tiene disponibles dos restaurantes. Hoy, probaré las delicias del otro restaurante.
Su ubicación es en la zona donde se encuentra la piscina para los que quieran meterse.
Reservé un lugar y de inmediato me dirigieron a mi asiento.No era el típico restaurante lujoso de otros países. Su construcción fue a base de madera resistible, y no cubría la vista al mar.
Eché un vistazo al cielo combinado con el mar. El sol se reflejaba en el agua, y el movimiento de las olas me satisfacía. Ver chocar el mar con las rocas cercanas causaba paz dentro de mí.Él estaba ahí, sentado, dibujando y bebiendo una copa de champagñe.
Lo miré discretamente, sin que el pelirrojo sintiera que alguien lo está observando a lo lejos.Podré lucir como un hombre lleno de valentía, y rudo. Pero Noriaki me hace débil por dentro, y me sienta nervioso.
No pedí gran cosa, por lo que mi comida llegó sin demorarse.
Había un grupo de chicas, entrando al restaurante siendo ruidosas y molestando a otros clientes. Sus gritos y su forma de hablar me desesperan.
Nunca me imaginé que las jóvenes se acercaran a mí.
— ¡Es Jotaro Kujo! — exclamó una chica de ojos esmeralda.
Todos los que se encontraban alrededor mío voltearon a verme. Eso incluye al diseñador de ojos amatistas.
— Solo lo sigo por lo guapo que es. ¿Es un actor o un deportista? — murmuró una pelinegra a una de sus amigas.
Lo oí claramente. Contesté a su pregunta por ella. Cada una de las chicas quedaron admiradas por mi profesión.
— ¿Y cuántos años tienes?
— No, espera.— interrumpió una molesta.— Yo quiero preguntar. ¿Eres soltero?
— Yo pedí ser la segunda en preguntar.— reclamó la joven de los ojos verdes.
Empecé a desesperarme, mi pierna iniciaba a moverse por sí sola.
Odio a las mujeres preguntonas.
Permanecí callado, no dije ni una sola palabra. Ignoré su estúpida pelea por quién pregunta primero y me concentré en comer.
Segundos después, una voz masculina interrumpió la discusión.— Perdonen señoritas, el Sr. Kujo debe irse a realizar sus investigaciones y yo soy su ayudante. Tenemos que irnos señor.— indicó el portador de la voz.
Kakyoin Noriaki me ha ayudado a alejarme de esas molestas chicas. Esta vez, tiene puestos unos lentes oscuros que tapaban por completo sus ojos.
Seguí el "juego" y me retiré de ahí sin comer. Pagó la cuenta de lo que había pedido. Tomó mi brazo y me jaló hasta irnos de ahí.
— Espera, tengo que pagarte lo del restaurante.— mencioné sacando mi billetera del bolsillo trasero de mi short.
— No, no es necesario que lo hagas. Nació de mi corazón y tuve la intención de pagártelo por ti.— afirmó honestamente regalando una pequeña sonrisa de su rostro.
— No puedo aceptarlo de alguien que acaba de conocerme.— sentí más calor de lo normal.
— ¿Apenas conocerte? Te conozco desde que iniciaste tu carrera como biólogo.— reveló quitándose los lentes oscuros, dejando ver ese color púrpura brillante.
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ᴡᴀᴛᴇʀᴍᴇʟᴏɴ sᴜɢᴀʀ
ФанфикJotaro Kujo se trasladó a la bahía más cercana de Japón, pues el trabajo le ha producido estrés acumulativo. Por su buen labor, se ha ganado tan solo un mes de vacaciones. Lo que menos se ha imaginado, sucedió sin mover las manos en el asunto. Un c...