10. Mala suerte, día solitario, la discoteca y clases de baile

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Capítulo 10: Mala suerte, día solitario, la discoteca y clases de baile

El pelirrojo se recargó en mi hombro, aún admirando la vista. 

El cigarro lo apagué con la yema de mis dedos, y lo guardé en uno mis bolsillos. Me considero algo ecologista, nunca en mi vida tiraría basura por la calle y menos al mar. Mi madre me enseñó a serlo, ser amable con la naturaleza y con lo que me rodea.

De reojo noté que Noriaki tenía sueño, bostezaba y cerraba sus ojos, suspirando alegremente. 

Sugerí volver al hotel. Aceptó y caminamos unas cuantas calles.

Lo entiendo, el día de hoy sus emociones chocaron, la alegría, tristeza y enojo fueron las representantes. Agregando que nadar por un largo tiempo cansa y te agota al máximo. 
Lo invité a que durmiera donde me hospedo, sin fines sexuales. Gustoso, asintió abrazando mi brazo derecho.

Se acostó en el lecho, cayendo rendido. Ni siquiera se quitó la playera, se acomodó y en seguida durmió como un bebé buscando sus cobijas. 
Descansé mi cuerpo, colocándome a su lado. Antes de hacerlo, saqué un libro sobre aeroplanos.
Encendí la lámpara del buró, y con ella pueda leer.

El transcurso del tiempo no lo sentí, el sueño se apoderó de mi y miré el reloj. No podía creer que eran las doce de la noche.  
Apagué la luz, y recargué mi espalda en el muro, con el libro todavía en mis manos. Perdí el conocimiento cuando cerré mis ojos.

A la mañana siguiente, me despertó el silbido de los pájaros. Levanté mi torso, y Kakyoin ya no estaba. En la almohada, había dejado una nota.

"Tuve que irme, tengo trabajo. Estaré ocupado hasta la noche. Seguro podemos irnos a divertir a alguna discoteca.
— Noriaki Kakyoin"

Fui a la ducha, en unos pocos minutos llegará el personal de limpieza. 
Mientras peinaba mi cabello, surgieron las mismas dudas de antes. A pesar que el pelirrojo me haya explicado sus motivos acerca de las fotos, desde el fondo siento que hay algo más, y no quiere hacérmelo saber.

Salí del hotel a pie, con la esperanza de encontrar un buen restaurante. 

La hallé, y mi mala suerte me persigue. Es una maldición que deseo quitármela de encima.
Rohan, desayunando a gusto. 

Quise irme, pero razoné antes de hacerlo. Kishibe no debería intimidarme, y no es dueño de dicho lugar, por lo que estoy cordialmente invitado al restaurante. 
Lo ignoré, es solo un ser humano más en esta Tierra.

Los dolores musculares de mi brazo disminuyeron. Por esta vez, me punzaba unos cuantos minutos. 

Durante el día, mi día fue solitario

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Durante el día, mi día fue solitario. Me entretuve yendo a la playa y tomando nota acerca de las texturas y temperatura del agua y la arena. 
No es la única actividad que realicé. Chequeé las revistas en las que aparecía, en particular National Geographic, incluía notas que he escrito acerca de los animales marinos y cómo estos sobreviven bajo el agua.

ᴡᴀᴛᴇʀᴍᴇʟᴏɴ sᴜɢᴀʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora