Capítulo 17: El amor incomprendido, recordatorios agradables y un beso de regreso
El tiempo transcurría lentamente, la suave y escalofriante brisa del invierno arrasaba en nuestros rostros. Mis mejillas seguramente se tornaron de un rosa pálido por el frío que entraba a cada poro de mi piel, enfriandolo al instante.
De algo estaba muy seguro, su calor hacía que viajara a otro universo fuera de de la Vía Láctea. Me sentía como si una estrella del espacio implosionara, mostrando sus verdaderos sentimientos.
Sus dedos se deslizaban por mi cuero cabelludo, jugando con los pequeños rizos que el viento movía con delicadeza.
Más que ser la media naranja, es hallar al ser que te complemente, que te haga sentir bien con tan solo su presencia y su alma. Los expertos en el amor lo han demostrado, debes consideras varios puntos. ¿Por qué conseguir a la media naranja si te hace sentir mal? Es simple y absurdo.
El amor es un sentimiento que probablemente jamás logremos comprender, y la ciencia es la menos adecuada para realizar estas investigaciones. En sí, el ser humano es difícil de comprender. Uno mismo se ha roto la cabeza para identificar nuestras fortalezas y debilidades.
Su perfume viajaba por el aire, entrando a mis fosas nasales, y con un agradable olor. Era la misma colonia que usó durante el viaje a la isla.
Me recordaba a las flores rosas que florecían en pleno verano, las hojas tropicales, tan verdes y coloridas. El salado mar de la costa, que al chocar con la arena creaba una espuma, provocando un sonido satisfactorio por las noches. ¿Cómo olvidar todas esas criaturas? ¿Cómo olvidar en específico esas mantarrayas?Sin duda fue una de las mejores experiencias que el diseñador me haya dado.
Me hundía más en su cuerpo y su aroma que este liberaba.
— Jotaro, perdóname por todas las sensaciones que causé y te dolieron. Perdóname por traicionar el amor entre nosotros, solo perdóname por ser tan idiota. No tenía ni idea de cómo manejar mis sentimientos hacia ti, y tener presente que existía ya una persona a lado mío. Me costó confesarle a Odette nuestra aventura, y que espero se convierta en una vida completa contigo.— manifestó, encerrándome más en sus ondas de calor.— Te necesito, no puedo imaginarme mi vida sin ti, siempre estás proyectado, aunque seamos unos totales desconocidos.
Tengo una debilidad, que podía malinterpretarse. En momentos reflexivos y pensativos, mis palabras desaparecen y no se formula un diálogo por el cual responder. Por mala suerte, me está ocurriendo en este preciso momento.
— ¿Conociste a Joseph Joestar? — pregunté cambiando el tema, sabía perfectamente la respuesta.
Me separé de su alma, retomando mi posición inicial.
— ¿Por qué la pregunta? ¿Y cómo lo conoces? Fue un amigo cercano a mi familia, pero desapareció sin dejar rastro.— explicó, sonriendo con la vista directa al cielo.
— Es mi abuelo.
Se petrificó al oír mi confesión, mirándome con confusión.
Analizó lo antes dicho, pero por sus expresiones me demostraba que no comprendía del todo.— Joseph tuvo una hija, y de esa hija nací yo, es por eso que no llevo su apellido.— aclaré, observando mis manos.— El día que regresé, el viejo me contó sobre ti, sobre tu vida. Me enteré que has perdido a personas importantes.
— Y siento que ya perdí a una más...— mencionó indirectamente, abrazándose a sí mismo.
— No la has perdido, Kakyoin.— refuté a su conclusión.— Esa persona sigue creyendo a ti, ¿sabes por qué? Porque sigue perdido en ti, en tu mirada, en tus labios, en tu cabello rojizo, en tu rostro, en tu espíritu. A pesar de todo, su abuelo lo hizo comprender una cosa. Analizar los sentimientos de la otra persona y encontrar el motivo principal por el cual lo hizo.
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ᴡᴀᴛᴇʀᴍᴇʟᴏɴ sᴜɢᴀʀ
FanfictionJotaro Kujo se trasladó a la bahía más cercana de Japón, pues el trabajo le ha producido estrés acumulativo. Por su buen labor, se ha ganado tan solo un mes de vacaciones. Lo que menos se ha imaginado, sucedió sin mover las manos en el asunto. Un c...