TORMENTA |Bellamy B.

CAPITULO 22

—¡La encontré!—gritó un chico que estaba en el grupo de búsqueda de la radio. 

Clarke y Raven habían recolectando voluntarios para buscar la radio, ya que Bellamy la había lanzado al lago. El moreno había venido con nosotros después de las palabras que había escupido Raven en su cara: 

"—Por cierto, Jaha está vivo. Eres un pésimo tirador. No intentes salvar tu pellejo ahora."

Pude ver como un peso de los hombros de Bellamy se había esfumado después de haber escuchado aquello. Pero la preocupación aún teñía su rostro. 

—¡Volvamos al campamento!—gritó Bellamy dando la orden a los adolescentes que nos habían acompañado. 

—¿Aún sirve?—preguntó Finn señalando la radio, la cual, se encontraba en manos de Raven. 

La morena hizo una mueca mientras la hacía girar en sus manos, analizando al objeto. 

—No lo sé, debo ver que está roto y que puedo rescatar. Debo desarmarla y esperar un día como máximo para que se seque—volteo a ver a Bellamy con ojos furioso—Todo por ti, idiota. 

—Yo dije que ya era tarde para venir por ella—dijo el moreno encogiéndose de hombros despreocupadamente. 

—¿Cómo salvaremos la vida de esas 300 personas?—pregunté con un malestar en el estómago. 

Es muy probable que entre esas 300 personas se encuentren niños, ancianos y padres que están enfermos y solo representan una carga para el Arca. 

—No lo sé—dijo Clarke con el rostro ensombrecido. 

—Esperen...—Raven sonrió mientras su mirada de conectaba con la de Clarke y Finn—En la cápsula puse una bengala en caso de que haya quedado muy lejos de ustedes y así puedan ver la señal. La cápsula en la que ustedes llegaron debe tener bengalas para este tipo de casos. 

—Planeas usarlas como la señal—dijo Clarke asintiendo ante la idea de Raven—Me parece perfecto. Andando. 

Después de haber dicho aquello, Clarke, Finn y Raven se encaminaron al campamento. Discutiendo sobre cómo llevarían a cabo el plan para que así sea todo un éxito. 

"¿Y si entre esas 300 personas está Edmon? ¿Lo dejarás vivir?."

—Elena—sentí una mano tibia y rasposa rozar con la mía, alcé la vista para encontrarme con Bellamy—¿Estás bien?. 

—Sí, claro—dije asintiendo mirando al frente—¿Tu? Jaha resultó estar vivo. No eres un asesino Bellamy, creo que ya puedes dormir en paz. 

—No lo creo—dijo soltando un bufido irónico—Aún así me mataran. ¡Por Dios! Casi mato al canciller. 

—Solo fuiste un hermano viendo por el bienestar de su hermana—dije mirándolo a los ojos—Preocupate el día que la misma sangre que corrió por mi, ahora corra por ti. 

—Tu tampoco eres una asesina, Elena—su mano se entrelazó con la mía, no pude evitar mirar ese gesto con el ceño fruncido—Solo fuiste una niña asustada tratando de defenderse—dijo posando su dedo índice en mi barbilla. 

—¿Puedo preguntarte algo, Bellamy?—dije en un susurro, pensando muy bien en la pregunta que haría.

—Claro—dijo en el mismo tono, sin despegar su mirada de la mía.