TORMENTA |Bellamy B.

CAPÍTULO 41

—¿Qué?—pregunté sin aire, viendo cómo Clarke de desmoronaba enfrente mío. 

Tomé uno de sus brazos pasándolo por detrás de mi cuello, después yo pasé uno de mis brazos por su cintura, haciendo una especie de palanca. Caminé hacia la nave intentando ser lo más delicada posible, pues a este punto Clarke ya estaba arrastrando sus pies. 

Pero lo que me topé dentro de la nave fue mucho peor, haciendo que mis leves esperanzas de que todo estaba bien se fueran por el caño. Un montón de criminales estaban en estado moribundo aquí adentro, si es que ya no estaban muertos. 

"Y ni siquiera tuviste que mover un dedo para matarlos."

—Aquí—escuché una voz ronca, alcé mi mirada al dueño de ésta—Puede usar la mía. 

John Murphy se encontraba frente a mi, mientras que con un dedo flacucho señalaba una hamaca improvisada. 

¡Está vivo!. 

Se acercó a mi para ayudarme con el peso de Clarke, después la recostó en la hamaca. Pude ver cómo se agachaba y tomaba algo de un cubo, iba a preguntarle que era hasta que vi que se trataba de un trapo mojado. Lo exprimió un poco y después lo posicionó en la frente de la rubia, quien dio unos leves temblores en respuesta. 

—Estas vivo...—susurré sin poder creerlo, él me miró soltando un bufido. 

—Sí, bueno, yo tampoco puedo creerlo—soltó en un tono sarcástico. 

Iba a contestarle pero un movimiento brusco en la entrada de la nave me interrumpió, ambos volteamos a verla. Un Bellamy enojado estaba justo enfrente de nosotros. 

—Aléjate de ella—escupió molesto mientras se acercaba a nosotros. 

Murphy alzó las manos a la altura de su rostro, mientras daba media vuelta y se retiraba a otro lado de la nave. 

Voltee a ver a Bellamy con una ceja alzada, cruzándome de brazos. 

—¿Qué te pasa?—pregunté cuando lo tenía enfrente. 

—No es bueno que estés cerca de él—contestó sin haberle quitado la mirada de encima a Murphy, quien le estaba ayudando a tomar agua a una chica. 

—¿Por qué no?—pregunté de manera tosca, captando la atención del moreno. 

—No es seguro, Elena—contestó entre dientes—Le dijo todo de nosotros a los terrestres. 

Abrí los ojos ligeramente sorprendida, pues era obvio que desde el encuentro en el puente, los terrestres ya sabían bastante de nosotros. 

—Está herido, Bellamy—el moreno rodó los ojos fastidiado—Por Dios, ¿ya lo viste? No creo que sea lo suficientemente bruto cómo para intentar atacar en su estado. 

—Elena—dijo dejando en claro que se estaba conteniendo en no gritar—Murphy fue la venganza de los terrestres; fue su arma contra nosotros. 

—¿Por qué dices eso?—pregunté frunciendo el ceño, empezando a desesperarme por ser la que menos sabía en este lugar. 

—Murphy llegó al campamento enfermo—mencionó dedicándole una mirada de odio al mencionado—De una enfermedad que no tiene cura y ahora casi todo el mundo está contagiado. 

Abrí la boca para contestar, pero un chico a unos cuantos pasos de nosotros empezó a convulsionar. Me acerqué a él rápidamente intentando ayudarlo, pero Murphy me impidió acercarme a él. 

—Suéltame—exigí intentando zafarme de su agarre. 

—Déjalo morir, chica emo—dijo en tono frío—Cuando llegan a esa etapa ya no hay nada que hacer.