TORMENTA |Bellamy B.

CAPITULO 20

—¿Una cápsula de la nave?—un chico detrás de nosotras preguntó, su cara se veía totalmente sorprendida mirando al cielo. 

Iba a preguntarle a Clarke por qué los del Arca habían bajando antes, pero fue ahí cuando recordé un suceso en especial. 

Bellamy no quería que los del Arca bajaran. 

Busque a Bellamy con la mirada entre la multitud, pero no podía ver mucho gracias a la oscuridad del lugar. Me removí en mi lugar unos cuantos pasos mientras mi mirada recorría cada rostro. Fue ahí cuando lo vi, sin camisa y con una morena abrazada a su brazo. La chica le hablaba sobre algo lo cual no alcanzaba a escuchar, pero él no parecía escucharla. 

"Él sabe qué morirá, que lo matarán. ¿Tu ya estás lista?."

Me acerqué a una distancia prudente para que él pueda verme, sus ojos tardaron en darse cuenta de mi presencia. Pero cuando éstos se toparon con los míos, pude ver lo asustado y preocupado que estaba. 

—¡Se ha estrellado!—escuché que gritó uno de los tantos delincuentes. 

Voltee al cielo una vez más y pude ver que entre la oscuridad, una nube de humo negro se formaba en el firmamento. Pude ver como algunos delincuentes gritaban asustados después de que una explosión retumbó en el bosque. 

—Debemos de ir a ver—Octava apareció a mi lado, su mirada fija en el cielo, pero su voz sonaba determinada. 

—No—una voz más gruesa se escuchó detrás nuestro—Nadie irá sino hasta al amanecer. 

Bellamy se hizo presente, su mirada estaba ensombrecida y estaba ligeramente encorvado. Los músculos de su cuello y hombros estaban tensos. 

—¿Qué? ¡Estás loco!—exclamó molesta Octavia, su hermano apenas la miró. 

—Nadie sale del campamento—ordenó  con tono autoritario para dar la media vuelta y dirigirse a su carpa, con dos chicas detrás de él. 

Sentí una punzada en mi estómago. 

—Es un idiota—dijo Octavia para después desaparecer entre la multitud. 

Suspiré y lentamente me empecé a alejar de las personas, logrando salir del campamento. Me dirigí hacia el árbol donde solía pasar mis noches. Lo miré y contemplé lo alto que era, parecía enorme gracias a las sombras que le daba la luz de la Luna. 

¿Podré escalarlo?. 

Me acerqué a él y di un salto para poder alcanzar la rama más cercana al suelo, después me impulse con mis brazos para poder subir en ella. Seguí con la rama más seca a ésta y así hasta estar a unos tres metros y medio del suelo, pero gracias a las hojas del árbol podría cubrirme del mundo por un rato.

"Siempre hemos sido tú y yo, Elena. Siempre..."

—¡Elena!—escuché un grito femenino que hizo que despertara—¡Elena!. 

—¡¿Dónde estás?!—ahora un grito masculino. Lo reconocí como la voz de Finn. 

Me senté en la rama en dónde estaba, dejando que mi cuerpo se acostumbre a la altura en la que me encontraba. Sacudí la rama de las hojas que estaba a mi lado y la que me cubría, pude ver como tres cuerpos se acercaron a ella. 

—¿Elena?—la voz de Clarke fue la primera en sonar—¿Qué haces ahí?. 

—Dormir—respondí para después ir bajando por las ramas que me servían de escalera. Cuando llegué a la última salté de forma que cayera de pie.