12¹ : SEMI-PUBLIC

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Sentía como su mano era sostenida con una firmeza envidiable, cualquier persona que les viese pasar se sentiría bastante anonadada debido a la extrema confianza que ellos tenían para hacer ese simple acto. Tomarse de las manos no era malo... Por su puesto que no, pero para él en ese instante, era algo que le ponía en estado de alerta.

Tenía las mejillas tan rojas que sin dudas, su cara tendría un parentesco exagerado con una bambalina. Y su corazón latía tan rápido que sin dudas, podía escuchar el retumbar contra sus oídos. No estaba avergonzado de eso, de que sus manos estuviesen juntas, de que sus dedos estuviesen entrelazados de esa manera tan delirante. Nada de eso.

Lo que le tenía en ese estado eran las risitas, aquellas miradas difíciles de descrifrar. Aquellas que le hacían estremecer y encogerse de hombros.

Caminaban con lentitud, sin preocuparse de otra cosa que no fuese esa. Mover sus pies al mismo compás, escuchando todos los sonidos que habían alrededor de ellos... Aunque claro, Jongho estaba pendiente de eso, y también de cada mirada curiosa que los ajenos les dirigieran, era molesto, pero no podía hacer nada.

Estaba seguro que más de una chica estaba saboreando con los ojos a su novio.

Eso era lo que le mantenía así, tembloroso, con esas ganas horrorosas que tenía de escapar lejos, tomándole del brazo con la excusa mas barata y tonta que se le ocurriese. Por favor, si es que sus inseguridades salían a flor de piel cuando estaba junto con Seonghwa. Sus miedos mas profundos salían a la luz, porque no soportaba que gente desconocida mirara a ese hermoso ser por mucho tiempo.

¿Cómo no hacerlo?

Apartó por unos segundos la mirada del suelo, para posarla sobre el perfil sonriente de Seonghwa, dios, sin dudas era tan hermoso... Sentía su corazón doler cada vez que le escaneaba. Su piel de ese tono tan bonito, tan suave al tacto, sus ojitos brillantes, sus labios y sus facciones tan... Indescriptibles. Ni hablar del buen gusto que tenía para vestirse, viéndose inalcanzable.

A veces pensaba que era como un premio, una recompensa que en su vida pasada no había podido obtener. Porque no entendía como era que podía hacerle enloquecer de aquella manera, como bajaba sus defensas a cero con tan solo un roce indefenso de sus labios pomposos y rojos... Seonghwa era atrayente, por eso, las personas les miraban; porque era un ser que no podría ser duplicado ni con la mejor de las ciencias existentes.

Y ni hablar de su figura, de su voz y todo lo demás. Jongho estaba tan enamorado de ese hombre que le era casi imposible asimilar todo lo que estaba pensando.

-Hey.

Sus mejillas se tiñeron aun mas de rojo cuando esos ojos almendrados le atraparon, haciéndole chillar levemente. Seonghwa sonrió al notar lo distante y tontito que Jongho se estaba dejando ver.

-¿Estabas escuchándome?- Su voz le hizo temblar, aunque no lo hizo notar. Sus propios labios se fruncieron al notar la sonrisa burlona en esa jugosa boca, ni siquiera tenía en cuenta que estaba hablando. Y se sintió como un idiota por no haberse fijado en eso. -Ah vamos, luces como ese hámster asustado... ¿Yeosang no te ha enseñado esa foto? Es idéntico a ti.- Rió, lo hizo con fuerza, sin importarle nada de lo que pasara alrededor de ellos. Jongho se sonrojó tanto, que sus mejillas parecían un par de manzanas maduras.

Oh, y contando con lo hermoso que Seonghwa se veía... ¿Lo había mencionado ya?

-Hwa- Llamó, haciendo que esos ojos se fijen en los suyos, había un brillo extraño en ellos, uno que no pudo descifrar. -Hay mucha gente mirándote.- Dice, tomándole con más firmeza, ésta vez soltando su mano y enredando los brazos alrededor de la cintura de su novio de cabellos cenizos.

❛ OTHERSIDE。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora