21 : NO FOREPLAY

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Seonghwa ahogó un suspiro contra los labios que se apegaban con necesidad a los suyos, mientras que sus manos hacían todo lo posible por moverse sobre el cuerpo más grueso, sacando fuerzas de donde no sabía que tenía para sentarse sobre ese regazo mullido y cómodo, clavando sus dientes en el suave labio inferior, retirando como pudo aquella camisa de botones y lanzándola a... Quién sabe.

En sus venas solamente cabía la desesperación por tenerse mutuamente, y no podía estar más complacido por tener las manos sobre su culo ansioso que esperaba sin paciencia el estar lleno por una vez más, aunque fuese. Los cabellos rojos del menor se sentían muy bien contra sus dedos largos y finos, halando del mismo cuando la sensación abrumadora y a su vez, encantadora, le llenaba cada que se removía sobre él, encajando de una manera experta sus nalgas contra la dura erección que aún estaba atrapada en aquellos pantalones ceñidos.

Alzó los brazos cuando su ropa también comenzó a ser retirada, dedos inquietos que recorrieron su piel desde las muñecas hasta la cintura y luego por su abdomen marcado terminando en la hebilla de su cinturón, soltándolo mientras los ojos verdes se clavaban en los suyos, de una manera que le decía sin palabras que ya quería hacerlo suyo.

Porque claro, si Jongho quería joderlo, iba a darle el gusto porque él lo necesitaba, lo quería y no podía soltar un simple no como respuesta.

En la habitación se sentía la tensión sexual y el calor, sus respiraciones agitadas como una sola armonía y las manos escurriéndose, sería algo rápido, pero querían disfrutarlo de la mejor manera posible mientras estaban encerrados en la sala de ensayos.

El aire acondicionado golpeaba sus pieles a nada de comenzar a sudar, y Seonghwa no podía estar mejor. Gimiendo con sólo tener la mano grande y cálida del menor sobre su erección tras haberle arrancado el pantalón y arrojarlo lejos, sabía que a Jongho le gustaban sus expresiones, que le encantaba escucharle gemir y suspirar entrecortado a causa de su toque.

Por lo que no se limitaba a hacerlo.

—Estás tardando...— Logró decir, mientras su piel se erizaba y suspiraba por la calidez y ternura rozando en su espalda baja. Dos dedos formando círculos sobre aquella zona sensible. —J-Jongho, hazlo rápido.— Gruñe además, cuando sus propios dígitos palmearon la erección contraria, escuchando el jadeo.

—¿Y si te lastimo?— Pudo escuchar el tono dulce en su voz, pero joder, no estaba pendiente de lo cursi, sólo quería una follada rápida que le quitará esas terribles ganas de lanzarse por la ventana. Jongho sabía muy bien como era que debía hacerlo, cuales eran sus puntos dulces y sobre todo, le daba un placer que nadie podía igualar. Era perfecto y, aunque le resultara fastidiosa su delicadeza algunas veces, le quería. —No quiero hacerte daño, la última vez no quisiste hablarme porque te dolía.

—No dolerá, en serio lo quiero y no hay tiempo.— Fue empujado sobre el sillón de cuero sintético, desnudo y expuesto como si fuese cualquier piedra preciosa. Jongho se mordió los labios con deseo al ver aquel hermoso ser nuevamente, suyo.

—¿Te tocaste antes?— Paseó sus ojos con descaro por las piernas del mayor y sonrió de lado cuando notó el tono rojizo en la entrada contraria. Seonghwa se incorporó con sus codos, asintiendo con su cabeza y sus ojos brillando hermosamente, con picardía. —Comprendo, me sorprende lo silencioso que eres cuando haces ese tipo de cosas. ¿Vas a callarte hoy, hwa? Porque yo quiero escucharte.— Jongho se deshizo de sus pantalones, la erección completamente dura.

—Joder... Sí, Jongho, sólo hazlo.— Seonghwa le atrajo con un brazo alrededor de su nuca, pegando sus frentes y luego sus labios en un beso tan fuerte y fogoso, enredando sus lenguas, mordiendo y chupando las mismas, todo cuando sus piernas se abrieron tanto como se lo permitían y dejaba al menor adentrarse con tanta lentitud.

❛ OTHERSIDE。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora