16 : CHOCOLATE / WHIPPED CREAM / STRAWBERRY

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Jongho llenó de crema batida una gran copa que, se supone, era de vino. Notando la mirada acusatoria de su novio puesta en él, como queriendo decirle que estaba loco.

-Aunque no lo creas, comer esto así es muy rico.

Habló, su tono aniñado escuchándose tan bonito contra los oídos de Park, quien sonrió inconscientemente notando como el menor se llevaba un dedo lleno de crema a la boca, con supuesto disimulo.

-Lo hago cuando estoy solo en casa... Mi mamá de seguro me mataría si me viese comer esto sin preguntarle primero. Pero contigo sí puedo, por eso te amo.- La sonrisa que tenía en su carita era tan adorable, hacía que su corazón entrara en un maratón agitado.

La copa estaba llena hasta el tope, Jongho estaba haciendo su postre favorito para cautivar al mayor, así podría expresar su amor con algo material y delicioso. Digamos que estaba demasiado enamorado de Seonghwa, siempre quería darle lo mejor a pesar de ser cuatro años menor.

-Mmh... Solamente me pediste que comprara todo esto, pero no me dijiste para qué y tampoco me pediste permiso para tomar una de mis finas copas de vino.- Seonghwa suspiró en medio de sus palabras, tomando el bote de sirope de chocolate, tomando un poco entre su dedo índice. Jongho le miraba con un puchero marcado en sus bonitos labios abultados y rosados, extendiendo una de sus manos para que le entregara el objeto. -Además, no comprendo cómo puede ser un postre especial, se puede conseguir fácilmente en uno de los restaurantes a los que te he llevado.- Intentaba meter las manos en lo que el menor hacía, recibiendo pequeños golpecitos en cada una.

-Hwa... Es especial porque estoy haciéndolo yo, no un viejo sudoroso y gordo que deja sus microbios en la comida.- Seguía sin borrar ese puchero de su cara regordeta.

-Tú también eres gordo- Dice con una sonrisita, estirando las manos hacia el rostro del teñido, dándole apretones fuertes a sus mejillas. -Pero eso no cambia el hecho de que seas tan precioso... Mi gordito.- Jongho rodó los ojos, apartando las manos que le tocaban, tomando con más firmeza el bote de sirope y vertiendo una muy buena cantidad sobre la crema batida.

-Te encanta burlarte de mi.- Tomó tres fresas grandes, poniéndolas sobre aquella nube blanca, con mucho cuidado. Y luego tomó el sirope de fresa y bañó las mismas con eso. Para luego terminar de decorar con un poco de chocolate rayado.

Ja, debía ser el cocinero personal de mayor, si es que se sorprendía de lo bonito y rico que todo le quedaba.

-Ya quedó, verás que sabe más rico que los de tus restaurantes caros.- Seonghwa suspiró, negando con su cabeza y luego mostrando una de esas sonrisas discretas y hacían marcar una tierna línea en su mejilla izquierda, algo así como un hoyuelo casi imperceptible. -Y luego me dirás que te haga fresas con crema todo el tiempo.- Decidido, con el mentón alzado empujando con un cuidado extremo a su creación para que Seonghwa tuviese un mejor acceso.

El pelinegro rió, tomando una cuchara por cuenta propia y tomando un gran bocado de crema, mirando a Jongho, quien hacía lo mismo con sus ojitos, mientras mordía su labio inferior ansiosamente.

-¡Mmh~!- La manera en que los sabores se combinaban dentro de su boca provocó que su cuerpo se moviera de un lado a otro, en forma de un pequeño baile que sí o sí, debía hacer cuando la comida estaba buena. -Está tan dulce como tú- Volvió a comer sin remordimientos, un dulce no arruinaría su dieta.

Jongho sonrió en grande, sintiendo sus mejillas tan rojas como un par de manzanas maduras.

-¿Ves? Te dije que sí sabe bien.- Igualmente sonrió orgulloso, apartando su cabello gris hacia atrás, para así apartar el molesto flequillo. -Pasa que no confías lo suficientemente en mi, por eso creías que no tendría buen sabor.- Se estaba acostumbrando mucho a hacer pucheros.

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