O4 : MORNING LAZY SEX

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Al girarse sobre su cama pudo sentir como algo duro le golpeó en la cara, mientras que un aroma familiar se hacía intruso entre sus fosas nasales, haciendo que sus sentidos adormilados entren en secuencia. Siendo aquello lo que menos quería en ese momento, el colchón estaba tan cómodo, las sabanas y ese cuerpo a su lado tan cálidos.

Sin duda, no querría despertarse nunca si tenía tal maravilla a su disposición, le hacía suspirar pesadamente, hundir la cara entre la espalda de su acompañante y seguir durmiendo hasta que cualquiera de los chicos entrara para privarles descaradamente del ansiado privilegio.

Estaba cansado, por su puesto, pero pensar en lo que quería y en lo que no, había terminado por despertar con cada segundo que pasaba. Su propia voz resonando en su cabeza le parecía irritante.

Jongho se sentía tan cómodo entre sus brazos, los cuales aferró a su cintura para que no escapase, respiraba calmado y hacía soniditos adorables, los cuales se reproducían inconscientemente. Para Seonghwa, el simple hecho de que su menor durmiera bien, le ponía de un buen humor.

Enterró aún más el rostro y dejó un beso sonoro en la piel que se encontraba desnuda, sintiéndose cálida, tal cual las sabanas que los cubrían.

Era un lindo momento, a veces quería tener una cámara preparada para ocasiones así, un control remoto que disparara y capturara el instante más adorable de su día, despertar, teniendo a su lindo compañero de cabellos grisáceos justo entre sus brazos.

Se sentía tan bien abrazarle así, como si fuese un oso de peluche, o una simple cobija que da buena suerte.

Escuchó un quejido, lo cual le hizo abrir los ojos por un momento, aún escondido ahí. El aroma a coco era embriagador, demasiado cómodo, dulce y delirante como para ser real. Jongho se removió entre sus brazos, quedando boca abajo y aplastando al rubio cenizo con su cometido. Seonghwa estaba tan cansado que lo dejó estar, le acarició la espalda por unos cuantos segundos antes de que el menor decidiera moverse de nuevo.

Estaba apuntó de despertar, se movía como una lombriz al ser cortada por la mitad cuando eso pasaba. Seonghwa se restregó los ojos, se estiró en su lugar y bostezó, odiando ver el resplandor que las cortinas dejaban pasar.

-Despierta.- No supo si se lo decía a sí mismo o a Jongho, con una mano palmeó la espalda del menor, escuchando otra queja. -No.- Logró articular en forma de reproche, frunciendo su ceño y tratando de apartar la mano que le molestaba como si de una mosca se tratase, incluso sintió como se volvía a pegar como garrapata en su espalda, respirando sobre su nuca y robándole todo el espacio personal que se merecía.

-También estoy cansado, pero debemos despertarnos antes de que San nos lance agua helada como la ultima vez...- Hablaba con tanta somnolencia, parecía un muerto viviente tratando de comunicarse, pausado, el tono grueso de su voz siendo una tortura para Choi.

-Ya dije que no.- Respondió de igual manera, sin tener un ápice de ganas por querer seguir moviéndose. Estaba estático en su lugar, en una posición realmente extraña pero que le parecía cómoda. Seonghwa bufó, para luego dejar otro beso sonoro en la nuca de Jongho, el mismo lugar que había besado antes, y que lograba despertarlo en todos los sentidos posibles. -Vamos honey, te prepararé lo que quieras para desayunar si te levantas.- Pero... Si tanto quería que se levantara, debía hacerlo él primero, ¿verdad? Era lo justo.

Jongho intentó ignorarlo, o algo así, estaba quedándose dormido nuevamente.

-Quiero a Seonghwa con... Una taza de chocolate caliente....- Estaba desvariando. El nombrado rió por lo dicho, disfrutando de sus palabras incoherentes. -¿Quieres comerme a caso, honey?- Jongho volvió a fruncir el ceño, pataleando levemente, tratando de quitarse las cobijas. Joder, sólo quería dormir y recibir mimos mientras lo hacía, no un montón de palabras tontas que le hacían sonrojar sin razón.

❛ OTHERSIDE。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora