❛ OTHERSIDE。

O2¹ : ON THE FLOOR

Seonghwa soltó un suspiro al ver el gran espacio de su nueva sala, el piso de madera y las paredes blancas le daban un aspecto muy sufrido, contando con la falta de muebles y todo aquello que podía hacerla llamativa y preciosa. Para él, eso era un gran avance, aunque no tuviese el mas mínimo sentido.

Ciertamente, a nadie le gustaría vivir en un hogar sin ni un solo lugar en donde sentarse, el piso no se veía cómodo. Pero para él, lo era todo, después de todo estaba recién casado, esa era la casa nueva que había comprado con las grandes esperanzas de que su amor perduraría por toda la vida que le quedaba... Era como comenzar una nueva etapa, por así decirlo.

La sonrisa que tenía en los labios no podía quitársela nadie, sus ojos brillaban hermosamente, y sus brazos apretaban con fuerza las almohadas que había rescatado de su departamento antes de comenzar con la ardua mudanza.

-¿En qué piensas?- La voz melodiosa le sorprendió, tanto que le había hecho sobresaltar. Miró a su costado y notó como su esposo sonreía también, mirándole con esos ojos soñadores que nunca abandonan su rostro regordete. Seonghwa le tomó con dificultad de las mejillas, suspirando. -Estoy pensando que este momento es muy lindo.- Apartó un mechón de esos cabellos castaños, ganando como recompensa una gran sonrisa, la perfecta hilera de dientes saliendo a la luz.

-¿Aún cuando tendremos que dormir en el suelo esta noche?- Asintió, de todas maneras, las almohadas ayudarían con eso, dormirían incómodos, pero al menos, tendrían una superficie suave para posar sus cabezas.

-El regalo de bodas de mis padres llega mañana, de todas maneras.- Jongho bufó, haciendo que sus cabellos castaños se desordenen sobre su frente. A veces dudaba mucho sobre la felicidad que les daba su matrimonio, pero no podía negar que esos... Obsequios le venían bien. El mayor le tendió las almohadas que cargaba, dejándole con las palabras que quería decir en respuesta, estancadas en su boca.

-No puede ser tan malo dormir en el suelo por una noche...

-Claro que lo es, ¿Recuerdas la fiesta de Yeosang? Tuve que dormir al pie de la escalera porque no me dejabas entrar a la habitación que compartias con Wooyoung.- Alegó con un puchero mal hecho, el pelinegro no había podido verlo, estaba haciendo fuerzas para meter todas las maletas sin rayar el suelo, sería una tortura cuidarlo. -Tuve dolor de cuello por tres semanas enteras.- Seonghwa bufó entre divertido y asqueado, Jongho nunca olvidaba ese momento.

Era cierto, se había encerrado en una habitación junto con su mejor amigo porque estaba tan borracho esa noche que temía hacer ciertas cosas ardientes con su novio en ese entonces, y Jongho, al estar en las mismas condiciones que él, estuvo toda la noche esperándole fuera, sentándose en las escaleras y luego durmiéndose en el suelo, dejando consigo, un dolor insoportable en toda su espalda.

Y claro, Seonghwa tuvo que darle masajes cada uno de esos días para aliviar el dolor, y fue tanto así, que se les hizo costumbre.

-¿Cómo no podría recordarlo?- Dejó las dos maletas a un lado, solamente para girarse y encarar al menor. -Eres demasiado dramático, chiquito. Y aunque dormir en el suelo esta noche te dé algún dolor tonto, yo me encargaré de hacerte sentir mejor.- Jongho sonrió aún más, dejando las almohadas en el suelo, acercándose al amor de su vida y enredando los brazos en sus hombros, abrazándole fuertemente.

-Amo cuando me dices chiquito a pesar de que soy dos centímetros más alto que tú.- Seonghwa rió, pasando sus brazos por la cintura del menor, perdiendo su mirada en aquella, era tan lindo que le dolía. -¿Puedo preguntar de qué se trata ese regalo? Espero que no sean... Ollas.- Jongho estaba seguro de que recibiría algo como eso por parte de sus suegros.

-Una cama extra grande.- Respondió con simpleza, robándole un dulce beso en los labios al de mejillas regordetas. -Se supone que era sorpresa para los dos... Mamá tenía las facturas sobre la encimera.- Fue turno de Jongho para reír, los Park eran malos para dar sorpresas.