O6 : MUTUAL MASTURBATION

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Ahí estaban ambos, acostados en la cama del mayor, sin prestarle atención a nada más que no fuesen ellos mismos, con las manos ocupadas dejando un montón de caricias traviesas, provocativas para ambos. Que les sacaban más de un suspiro, todos entrecortados y temblorosos.

Para el menor, era una experiencia que no quería dejar pasar por nada del mundo.

Le gustaba demasiado eso, el que las manos de Seonghwa se pasearan por su cuerpo dejando tantos de esos toques, las yemas de sus dedos eran certeros, tocaba todo aquello que le hacía estremecer y suspirar gustoso. Aún cuando ya habían tenido una intensa sesión de sexo, caliente y duro, no se sentía lo suficientemente satisfecho... Se sentía enfermo, como si tuviese una insoportable condición que le hiciera querer más y más de su hermoso novio.

¿Cómo podría cambiar eso? Si con cada mirada o sonrisa, ya terminaba rendido ante sus pies, sonaba mal, grotesco, pero a Jongho le gustaba sentirse inferior, le gustaba mucho ser dominado de esa manera que sólo él sabía. Seonghwa le tocaba como nadie lo había hecho nunca, le besaba hasta dejarle jadeando y aclamando por más con cada embestida certera que daba en su apretado interior.

Era afortunado, no todos tenían el privilegio de ser consentidos de esa manera tan sucia.

Sentía como su cintura era apretada con firmeza, dándole la vuelta para que sus cuerpos entraran en un delirante contacto, sus miembros semi erectos entrando en una fricción deliciosa que le hizo gemir, mientras sentía los labios mullidos de Seonghwa bajando tortuosamente por su mejilla derecha hasta su cuello, perdiéndose ahí, dejando más lamidas, besos y mordidas que de seguro dejarían marcas superficiales.

Sabía que al mayor no le gustaba marcarlo, le dejaba esa tarea a él, ya que tenía un extraño fetiche con verse la piel llena de hematomas rojizos y violáceos.

Soltó una leve queja al verse en la misma situación que hace una hora atrás, había llegado con todas las buenas intenciones del mundo, mostrándose sonriente y precioso, y sin ningún aviso Seonghwa le había atraído hasta su cuerpo, besado con desenfreno y susurrándole un "quiero hacerte mío" al oído, cautivándolo, como el aroma de una hermosa flor lo hacía para atraer a miles de abejas.

Le apresó como si fuese una serpiente a punto de comérselo, así como estaba haciendo en ese instante. Frotando sus pieles desesperadas, haciéndole gemir nuevamente, aclamó a su nombre por lo delirante que era, todo a su alrededor daba vueltas cuando las caderas de Seonghwa se movían sobre él. Siempre alegando que era más rígido que un tronco, a la hora del sexo era tan suelto como una ola.

Apretó los muslos contra las caderas inquietas, enterrando los dedos en las hebras negras de su novio, gimiendo fuertemente cuando una mordida se vio sobre su oreja, además de tener presente la sensación sofocante del cosquilleo excitante en su vientre; la respiración del mayor tan pesada y agitada a su vez, tratando de buscar tranquilidad.

-Estoy cansado...- Exhaló, fingiendo estabilidad. Se sostuvo con ambos brazos a cada lado de la cabeza de Jongho, haciendo una presión intencional con su pelvis para sentir ese roce que tanto le gustaba. -¿E-Es urgente tenerme dentro?- Volvió a decir con ese tono grueso y melodioso, ese que usaba cuando quería conseguir lo que quería.

Jongho negó, buscando con sus ojos los almendrados de Seonghwa. Tomó sus mejillas con ambas manos y luego sonrió leve, notando el sonrojo en su nariz, además del sudor que aún recorría todo su cuerpo. Se veía tan etéreo que no podía evitar pensar que era afortunado.

-Yo... Estoy bien con lo que sea- Asintió ante sus propias palabras, halando a Seonghwa, sorprendiéndose de lo dócil que se había dejado mostrar en ese momento. -Mmh... Podría hacer algo para aliviarte, así no tienes que hacer nada más que halagarme.- Estaba convencido de que a Seonghwa le gustaba su manera de seducirlo, aunque fuese patético y poco provocativo, para el mayor era todo lo contrario.

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