Mamá y Abby empezaron a hablar animadamente, dejándome de lado. Me encongí de hombros y me dirigí a la cocina para prepararme un sandwich. Sin pan.
Bien, bien, era un trozo de queso con mayonesa, pero creo que Sandwich tiene más clase.
-¡Disney! ¡¿Por qué lo hiciste?!
¿Y ahora qué?
Zed entró a la cocina echo una furia y se paró frente a mi sobre actuadamente.
-¿Qué hice? -Pregunté
-No se, tu dime -Me miraba desde abajo con las cejas fruncidas. Le revolvi el cabello y lo esquivé, negando con la cabeza y sonriendo -¡Disney! ¡Te estoy hablando! No puedes irte en el medio de una...
-Si, si puedo. Adiós.
Empecé a caminar, pero de alguna forma inexplicable, mi pie se enrredó con el tacho de basura, haciendome caer de cara sobre el piso.
¿O debería decir, sobre mi cena?
Si, definitivamente debería decir cena.
Mi rostro estaba, ahora, lleno de mayonesa y el queso se había quedado pegado en mi cara.
Me paré como pude y suspiré.
-Adiós -Relaqué, mientras Zed seguía riendo
-No, no -Dijo entre carcajadas mientras yo me limpiaba con una servilleta -Espera -Respiró hondo e intentó calmarse unas tres veces antes de poder hablar -¿Por qué le dijiste a mamá?
-¿Decirle qué?
-Eso
-¿Qué es eso? -Se le inflaron las mejillas, mientras aguantaba la risa. De nuevo. Susurró algo que no llegué a escuchar. -No caigo -Declaré -Cosa rara en mi. El piso me desea.
Rodó los ojos.
-Le dijiste a mamá lo de la bomba de olor
-¡Yo no dije nada! -Grité
-¿Y como se enteró?
Alcé ambas cejas hacia él con una sonrisa
-Deberías haberte duchado antes de ir a ver a mamá
-Diablos -Susurró
-Te lo mereces por dejarme sola en mi estado idiota
-Oh, Dis, Dis -Se puso en puntitas de pie y apretó mis mejillas -Tu vives en estado idiota
Abrí la boca indignada y me pegué en el pecho con la mano.
-Bueno, pues tu no te quedas muy atras. Y ducháte de una vez, hueles horrible.
Lo empujé levemente y fuí a la sala.
-¡Buu! -Abby salió de su escondite cuando salí de la cocina y me quedé mirándola seriamente -Esta es la parte en la que gritas del susto y te haces pipí.
Sonreí con tristeza falsa y negué con la cabeza, para seguir caminando.
Logré ver a alguien sentado en el sillón dándome la espalda, y a mi madre en frente.
-Oh, Dis -Dijó mamá levantándose -Recuerdas a Claudia, ¿Verdad?
...Si...Claro...
La señora gritó chillona mente y corrió hacia mi para abrazarme y apretar mis mejillas inexistentes.
"Claudia" empezó a llenarme de preguntas, desde ¿Cuántos años tienes ya? Ah la mejor edad, ¿Cómo va el colegio?, Hasta ¿Ya aprendiste a cocinar?
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Once Upon A Dream
Novela JuvenilDisney Brooke vivía entre pesadillas. Irrumpían en sus sueños cada domingo. Como si el destino le estuviera jugando una broma pesada. Después del accidente, pensaba que la tormenta había pasado, y todo volvería a la normalidad, pero cada domingo, la...