Capítulo 19 - Juegos Diabólicos

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Estaba con el pulso acelerado y sin poder respirar normalmente.

Digamos que si Abby te ofrece clases de danza a ti y a su hermano, no aceptes.
Todo terminará mal.

Muy mal.

Estaba con la cara roja sudando más que un cerdo en primavera.

Si. Los cerdos sudan en primavera.

-Vamos Dis, no es difícil -Me alentó Zed...Esperen, ¿Qué? -Solo es paso, salto, vuelta, paso, mirada convincente y manos de jazz -Dijo muy rápido y terminando con un extraño movimiento de manos

-Dis, realmente no puedo creer que no te salga -Se burló Noah, riendo

-¡Si me sale! -Lo miré mal

-No, no se nota

-¿Es eso un reto? -Lo miré desafiante. Él alzó ambas cejas- Pues ahora verás; yo también heredé algo de talento familiar en el baile.

-No es cierto -Murmuró Zed, entre toses falsas.

-Zed, solo dinos cuando empezar -Dije, aún mirando a Noah

Suspiró

-Y uno, y dos, y cuatro, y cinco, y ocho, y diez y dieciséis -Dijo chasqueando sus dedos a la par

Mientras mi hermano seguía contando hasta "Patata", Noah y yo hacíamos el baile que nos había enseñado y Abby era la jueza.

Después de varias caídas de mi parte, logramos terminar.

En resumen a Noah y a mi casi nos da un paro cardíaco.

-Muy bien -Abby se hizo la seria y fingió pensar por unos segundos -Son lo peor que he visto en mi larga vida, por favor nunca más vuelvan a bailar, jamás, es por un bien común.

-Gracias -Reí, cayendo sobre Noah. De nuevo.

Una niña de ocho años acaba de criticar mi perfecta forma de bailar.
-¿Quieren comer algo? -Preguntó Noah entre risas

***

-¿Podemos ir a los juegos? -Preguntó emocionado el pequeño niño de cuatro años

También conocido como Tommy

-Claro -Respondí parándome, agotada.

Después de llegar a casa decidí caminar al parque y, adivinen a quien me encontré.

Sip, Tommy volvió

Tras unos interminables minutos de caminata, tuve que parar a respirar, ya que a diferencia de mi compañero, yo no tenia aire, pero él decidió correr hasta el juego más cercano.

-Vamos, Dis -Me apresuró a que lo siguiera -Debo ser el primero en usar el juego nuevo.

La juventud de hoy en día.

Oh, ya sueno como mi padre, genial.

El niño se sentó en una especie de silla redonda y empezó a girar sin parar.

-Dis ¡Tienes que probar esto! ¡Es genial! -Me empujó para que me siente y empezó a empujarlo para que ruede

Luego de unas vueltas, empecé a marearme.

-¡Tommy! ¡Bájame de aquí! ¡Me atoré! -Grité desesperada

No solo estaba a punto de vomitar, si no que ¡el estúpido juego también quería comerme!

Eso solo puede ser obra de...Elmo

Después de horas y horas de giros, logré resbalarme fuera de la silla del dolor, cayendo de trasero.

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