Capítulo 15 - Mafia

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Abrí los ojos nuevamente, intentado concentrarme en el libro que tenía delante.

Y me quedé mirándolo fijamente, con mis manos sosteniendo mi cabeza, esperando a que funcione.

Espéralo...Espéralo...Espéralo...y...

Nop. Me caí de cara otra vez sobre mi libro de geografía y suspiré.

Una canción que desconocía retumbaba por...Básicamente todo el vecindario, ya que había una fiesta en un colegio a menos de una cuadra de mi casa.

Y lo peor, ¡Ni si quiera fui invitada!.

¡Soy el alma de la fiesta! ¡De todas las fiestas!

De todas formas ya había tenido suficiente con la de Phee.

Nadie lo notó, pero Cual había desaparecido unas horas antes de que todo empezara.

Y si. El muy pomposo estaba tirado en mi cama, dejando allí cabellos a los que, al parecer, soy alérgica.

Y para colmo, tenía un examen de geografía para el que no había estudiado.

Estaba apunto de empezar a babear inconscientemente a propósito el libro, cuando la puerta de mi habitación se abrió de golpe.

Abby entró, radiante, para buscar...No se que cosa.

Y yo...Bueno, yo estaba toda roja por la alergia, cansadísima y toda baboseada.

Voy a considerar esa batalla como un empate.

Llevé la mano a mi cabeza tras un deja vú y me incorporé.

-Hola Abs -Saludé cansada

-Hola, ¿Cómo est...? Oh, ¿Qué te pasó? -Corrió hacia mi.

-¿Eh? Nada, ¿Por qué?

Estornudé.

En su cara.

-Por nada -Dijo limpiándose la cara con las manos, algo asqueada. -Noah llega mañana, y tengo que empacar todo -Le fruncí el ceño -Iremos a Denver a visitar a una tía.

-¿Se van? -Pregunté antes de estornudar nuevamente

-Sip, ¿Por qué la alergia?

-Soy alérgica a los perros

-Deberías ver a un doctor

-Ni en sueños. Los doctores son inút...-Volví a estornudar. Abby alzó ambas cejas y resoplé -Estoy bien. De hecho -Me paré con algo de dificultad -Estoy excelente. Hagamos algo. ¿Quieres salir a correr?

-¿Contigo viéndote así? Lo siento, linda pero tengo una reputación que sostener. Además, ¿No tenías examen mañana?

Auch.

Una niña de ocho años acaba de rechazarme.

Volví a estornudar y ella rodó los ojos.

-Ven, conozco a un buen doctor -Tomó mi mano y me guió fuera de mi habitación.

Salimos de la casa y caminamos por un camino que desconocía hasta parar frente a un callejón. Alcé una ceja hacía ella, quien me sonrió y se adentró a la oscuridad.

Sonó muy poético, lo se.

Me quedé mirándola desde afuera, algo desorientada

Ya saben, por precaución... Aún no supero lo de Elmo.

Al ver que no la había seguido, retrocedió unos pasos y movió su cabeza en señal de que me acerque. Negué varias veces.

-No te asustes, yo vine aquí antes -Dijo tranquila

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