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Diario del rey —nota 11—:
"Siento que podremos estar juntos y felices para siempre".

Llegó el día tan esperado. Mi traje estaba listo, el de Yoongi también; la comida fue aprobada y la mesa de aperitivos está perfectamente decorada en el salón para eventos; escogimos los mejores licores y trajimos a los músicos más conocidos, quienes se están preparando. Por lo tanto, tan solo quedaba la parte más difícil: convivir en sociedad.

Según Jihyo, debía seguir a Yoongi y permitir que él me presentase y me permitiese hablar. Siempre debía mantener una postura elegante y no debía ver a otros Alfas a los ojos. Además, debía seguir las normas al comer: no hablar con la boca llena, solo consumir bocados pequeños, no ser ruidoso y usar los cubiertos correctamente. También debía ser muy amable con todos y, para eso, tuve que memorizar los nombres, rangos y rostros de todos los invitados.

—Te ves precioso —dijo Yoongi, sujetando mi cintura—. El blanco te hace lucir como un ángel.

—También te ves muy guapo —contesté con un leve sonrojo.

Ugh.

—Ya es momento para que ingresen al salón —avisó Jihyo rápidamente.

Yoongi tomó mi mano con suma delicadeza, luego, me guio hacia el lugar indicado. La decoración era perfecta, tonos marrones y rosados, todo un escenario cálido y reconfortante. La música era relajada pero animada. Además, la comida estaba perfecta hasta el mínimo detalle. Por otro lado, me sentía muy nervioso, temía arruinar todo, mas el suave tacto de sus manos pálidas lograron relajarme.

—No te preocupes, les encantarás, así como a mí —dijo al sentir a mi lobo removerse por los nervios.

—Eso no me preocupa, soy muy agradable. Sin embargo, temo hacer el ridículo si es que olvido algún nombre o cuál cubierto usar. Incluso si olvido la coreografía que preparé, todo se arruinaría —le dije en voz baja.

—Lo harás bien, confía en ti —dijo. Luego realizó una pequeña pausa y prosiguió—. Cuando mis padres murieron y llegó la crisis de las cosechas, creí que todos morirían, que me quedaría sin reino. No obstante, sobrevivieron varios y los nobles no me dieron la espalda. Entonces, comprendí que las cosas nunca salen tan mal como pensamos si tenemos a la gente correcta de nuestro lado.

¿Sobrevivieron? ¿De esa forma vio ese infierno? Murió demasiada gente...

Quise preguntarle más sobre la crisis, mas ya estábamos en medio del salón,  en frente de toda esa gente. Inclusive mis padres estaban entre el público y, sorprendentemente, Jungkook también, así que me sentí más tranquilo.

Suspiré y caminé lentamente, ignorando los aplausos y concentrándome en la calidez que la mano de Yoongi transmitía. El momento había llegado.

—Buenas noches, damas y caballeros. Les presento al Omega del rey Min Yoongi, Park Jimin, quien nos deleitará con el baile que aperturará este evento.

Entonces, él soltó mi mano y bailé. Bailé dejando salir mi confusión, mi furia y mis sentimientos que debían permanecer ocultos. Me fundí con la melodía tan delicada y volé como el polvo hacia el bosque. Me sentí libre como un ave y mágico como un hada. Sentí que nada podría detenerme y recordé mis propósitos. Esto sería el inicio de un cambio. Finalmente, la música se detuvo y junte nuestras miradas.

Maldito rey, no sabes todo lo que te espera.

«El Omega del Rey» • YOONMIN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora