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Este es el capítulo final de El Omega del rey... Espero que les guste...

Me gustaría que todos se animen a comentar... Como somos pocos, me gusta leer todos los comentarios, se me hace muy especial. Tampoco se olviden de votar. Gracias 😄💓💓💓

Diario de Jungkook —nota de Jimin—:
“Te perdono”.

Finalmente, me quedé dormido en su pecho, arrullado por su aroma. Es la primera vez que descanso apropiadamente desde que estuve en el calabozo; sin embargo, la pesadilla iniciará cuando despierte. No sé si pueda soportar verlo nuevamente y, mucho menos, presenciar su muerte.

Todavía recuerdo cuando jugábamos a escondernos entre los cultivos, cuando nos quedábamos hasta tarde intentando leer correctamente, cuando íbamos a la iglesia y cantábamos, todavía recuerdo todo. Y, lamentablemente, no estoy listo para olvidarlo. No sé cómo será mi vida sin su compañía, no sé si pueda sonreír como lo hacía con él. No obstante, no estoy solo.

Yoongi ha sido una sorpresa para mí. Logró derribar mis prejuicios y enseñarme que el mundo no está pintado en blanco y negro, sino de una amplia variedad de grises. Me ha demostrado su amor innumerables veces, me perdonó un intento de asesinado e, incluso, la infidelidad. Me mostró una nueva manera de amar, una que ni mis padres me habían brindado. Además, me hizo recordar que los poderosos también son personas, pues cometen errores, y no necesariamente porque tengan malas intenciones.

¿Cómo no amarlo?

Sin embargo, tengo miedo. Sé que no he terminado de madurar, sé que no estoy preparado para acompañarlo en el trono, sé que podría cometer errores. Esto me asusta, convertirme en lo que siempre odié.

Si Jungkook hubiese sido mi Alfa, no tendría que sufrir por esto.

Pero él no sabe amar y amamos a Yoongi.

Sí, lobo, lo amamos.

Entonces, luego de una larga siesta, desperté. Yoongi seguía a mi lado; estaba observándome dormir. Sus ojos tenían un brillo singular y me hacían sentir amado.

—Ya despertaste, bello durmiente.

—Sí —contesté sonrojado.

—¿Te he dicho lo mucho que me encantan tus ojos?

—Sí, demasiado —dije y él sonrió.

—Pues te lo vuelvo a decir: me fascinan —repitió.

Entonces, se acercó y enfocó su mirada en mis labios. Me sentí atrapado y expuesto, me sentí como un libro abierto ante él. Además, su aroma se hizo más intenso, atontándome ligeramente, embriagándome. Sus labios se vieron tan tentadores y, en cuestión de segundos, ambos ya estábamos uniéndonos en un beso. Fue lo que tanto anhelaba desde que decidí aceptar mis sentimientos, fue lo que necesitaba para reafirmar lo que el destino juntó. Fue tan dulce mas algo hambriento, simplemente fue perfecto.

Sí, es nuestro destinado.

Después, nos separamos y quise decir algo, pero la puerta fue tocada. Era el general Jung, quien anunció que todo ya estaba listo para la ejecución.

—Estamos listos, señor. La población ha sido convocada.

—Gracias, general, llame a las mucamas para que se encarguen de alistarnos.

—Inmediatamente, su alteza —respondió y se retiró.

Por lo tanto, me levanté de la cama con intenciones de salir a otra habitación, para que me vistieran. No obstante, unos brazos fuertes me detuvieron, sujetándome de las caderas.

—No pienses que te irás sin darme otro beso —susurró en mi oído, causando que mis mejillas se tiñeran de un intenso rojo.

—Yo... Amm... —Me volteó con un sagaz movimiento y pude ver su intensa mirada.

—No debes decir nada, solo bésame.

Lo hice, no sé de dónde saqué el valor, pero uní nuestros labios. Este contacto fue incluso mejor que el anterior. Su aroma se hacía más fuerte y sus manos bajaron de mis caderas a mi trasero. Lo pellizcó ligeramente y mordió mi labio inferior. Mis brazos enroscaron su cuello y me puse de puntitas para intensificar el contacto. Luego, su lengua entró juguetonamente a mi boca y comenzamos una danza entre el calor. Me sentí deseado y sensual; quise dar el siguiente paso, pero nos volvieron a interrumpir. Era la mucama, quien era una Beta, así que no pudo sentir la intensa presencia de nuestras feromonas. Entonces, me retiré y, luego de varios minutos, ya nos encontrábamos en la plaza, donde sería la ejecución.

Veremos morir a nuestro mejor amigo.

—¡Nunca lo hará feliz! —gritó Jungkook, quien estaba arrodillado y con los ojos vendados. Estaba expuesto ante la mirada crítica, ante el repudio. Me dolía todo esto, pues la responsabilidad no solo caía sobre sus hombros, sino también sobre los míos— ¡Jimin! ¡Tú sabes que es verdad!

—El Beta Jeon Jungkook ha sido condenado por traición a Agustina, dos intentos de asesinato, un asesinato a un civil y dos asesinatos a miembros de las nobles fuerzas de defensa. Por lo tanto, como su rey y juez supremo, lo sentencio a la pena máxima, la ejecución pública —dijo Yoongi firmemente, ganándose el aplauso de la nobleza, del clero, de las fuerzas de defensa y de la mayoría del pueblo. Sin embargo, yo no pude aplaudir con ellos ni mirar a Jungkook—. Ahora, prosigamos. A su orden, general Jung Hoseok.

Ya lo perdimos...

—¡Eres un maldito tirano y el pueblo no debe olvidarlo! —gritó Jeon nuevamente— ¡Jimin, te estás vendiendo! ¡Te has perdido a ti mismo! ¡Eres lo que jamás quisiste ser!

No pude evitar romper en llanto; me herían sus palabras, me dolía su desesperación, me mataba su rechazo. Finalmente, no había vuelta atrás, no había manera de hacerlo cambiar de opinión, no había forma de regresar al pasado y evitar esta tragedia. Debíamos tomar la responsabilidad de nuestros actos. Jungkook debía morir y yo debía perderlo.

Hoy no solo pierdo a mi mejor amigo y primer amor, sino también a mi hermano.

—Adiós —murmuré entre lágrimas. Luego, el general dio la orden y la cabeza de Jungkook fue cortada.

Ya todo ha terminado.












Este es el final...

¿Qué opinan?

Aunque todavía falta el epílogo

«El Omega del Rey» • YOONMIN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora