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—¡Hola, Minhyuk!

—¡Hola, Suk!

—Me alegra que hayas aceptado venir. No me gusta ver películas sola —abulté los labios en tanto el chico pasaba a mi casa.

Me daba un poco de vergüenza hacer este tipo de gestos, pero Hyunsuk me dijo que era un encanto matador muy propio y que a los chicos les gustaba.

—De hecho, me extraña que me hayas invitado —sonrió sorprendido sentándose en el sillón largo frente a la Tele.

—¿Te parece si voy por palomitas? —omití su repentino comentario, que era verdad, por cierto—. Mientras puedes poner la película.

Le sonreí encaminándome a la cocina. Tomé de la mesa las palomitas preparadas previamente, algunas gomitas, chocolates, malvaviscos y un par de refrescos del refrigerador. Cabía mencionar que todo lo compró Hyunsuk.

—Me alegra que lo hayas invitado.

No respondí, solo asentí a la "impresión" de mi mamá. Ambos estuvieron de acuerdo en que un muchacho viniera a visitarme, sólo porque se trataba de Minhyuk.

—Tenemos mucha comida —hablé de regreso sentándome junto a él y colocando los alimentos en una mesita pequeña—. Deberíamos hacer esto más seguido.

—¡Claro! Sería divertido —asintió poniendo el bowl de las palomitas en medio de nosotros.

—¿Te parece la próxima vez en tu casa?

—¿Por qué no?

La película comenzó, mi cuerpo estaba presente, pero mi cabeza sólo podía pensar en cómo convencerlo de terminar en donde yo quería. Reía cuando él lo hacía y comía también cuando él comía. No tenía que levantar sospechas.

—Un poquito aburrido, ¿no?

—¿Qué dices? —volteó a verme divertido—. Es mi película favorita.

—Ah —disimulé una expresión de vergüenza—. Sí, pero quisiera hacer algo más entretenido.

—¿Cómo qué?

—Bueno... —me acerqué un espacio limitado mientras intentaba lucir sexi relamiendo mis labios lentamente. Juro que por dentro estaba muriendo del bochorno—. No lo podemos hacer aquí.

—¿Qué quieres hacer? —tembló un poco al preguntar; sin haber nombrado todavía que todo este tiempo había tratado de mantener la distancia.

—Bueno, algo divertido que sé que te gustará, sólo que, aquí no —susurré más cerca—. Mis padres están en la casa.

—¿Quieres que vayamos a mi casa? —asentí sin dudarlo—. Pues vamos.

Encontré dos tipos de emociones. La primera: no sabía hasta qué punto debía llegar y ya quería llorar. La segunda: estaba feliz de ir y tal vez encontrar algo que me sirviera.

Ni mi mamá ni mi papá me preguntaron adónde o por qué me iba, me dejaron, repito, sólo porque era Minhyuk.

—Así que... —pronunció abriendo la puerta de su casa e indicándome que pasara.

—¿Tus padres están?

—No, salieron como hace dos horas o algo así.

Ok. Esto iba mejorando.

—Tengo un poco de calor —soltó de pronto sacudiéndose la camiseta—. ¿Te parece si voy a ducharme? No me tardo mucho, ya bajo.

—Claro.

Era extraño, realmente nunca había estado así de incómoda con él, pero bien, lo que más quería era quedarme sola. Ya después vería cómo salir.

₂₀ᴄᴍ  | Cʜᴏɪ YᴇᴏɴᴊᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora