Cap 2. Conociendo a Jauregui

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Inhalé un poco, el aire pasaba por mi garganta al mismo tiempo que trataba de recuperarme de todo lo que había corrido. Seguía oscuro, pero el cielo tomaba un tono rosado, en casa por lo regular yo era la unica levantada tan temprano. Era algo que no me importaba si tenía un día sin entrenamiento, me gustaba ver el amanecer, pero aquí iba a ser diferente. Ahora estaba rodeada de muchos atletas, que mantenían su condición física tanto como yo lo hacía. Corría junto con Ally y un grupo de chicos, sacudí mi cabeza y disminuí el ritmo llevando uno tranquilo, ahora ellos me llevaban ventaja. El suelo por donde corría era familiar, a pesar de que había nieve por todos lados, había un pequeño sendero suficientemente grande para que el grupo pasara o en mi caso, sólo yo.

Tal vez estaba en la villa equivocada ... pero estaba compitiendo en los Olímpicos, el sueño de toda mi vida,

*Flashback*

- Ésto no puede ser!. - dije. Mi entrenador, Kevin azotó su teléfono en uno de los muebles de nuestra "ahora" habitación en la Villa de los Esquiadores. Si, ya no hubo solución al problema de asignación, así que nos tendríamos que quedar aquí.

Con una mirada frustrada Kevin acercó una de las sillas cercanas a él. - No pueden movernos. - Gruñó. - No hay suficientes habitaciónes en la otra Villa. - Negó con la cabeza, mirando sus manos en disgusto.

- Cómo vamos a practicar?. - Preguntó Ally, sabía que la práctica no se nos podía negar. Ella no era una persona que entrara en pánico sorprendentemente, cualquiera lo pensaría, aún si las oportunidades estuvieran contra ella.

- El transporte se les dará cada día pero tendrán que quedarse aquí en la noche. - dijo el Sr. McGuidd.

Miré pensante alrededor de la habitación, de todas formas no era la peor habitación por lo que había oído. Había visto algunas fotos junto con Ally de habitaciónes sin piso bien montado o con oyos en las paredes. - Tal vez ésto es algo bueno, así no tendremos que preocuparnos por ganarle a los otros competidores en nuestro tiempo libre. - Dije dándoles a ambos mi mejor sonrisa o eso trataba, me costaría un tiempo acostumbrarme. - Estoy segura de que todo irá bien. - Terminó Ally. - Ella y Kevin conversaron por otro par de minutos, saqué un par de tennis del armario y me los puse. - Creo que iré a correr. - Interrumpí.

*Fin del Flashback*

Una corredora que pasó al lado mía llamó mi atención. Iba muy sudada ya casi no podía correr y sacaba polvo por debajo de sus pies. No quería entrenar demasiado el día de hoy, en vista de que no tenía acceso a la Villa Costera más que en nuestro horario de entrenamiento, decidí que quería conocer el lugar donde me quedaría por las noches. Estaba tan ocupada pensando en lo que haría o donde iría ahora que tenía tiempo libre que no me di cuenta de la chica que estaba a mi lado, tratando de mantener mi paso.

- Hey!. - Giré mi cabeza para ver una chica de la estatura de Ally, pelirroja, algunas partes de su cabello salían de su beanie. 

- Hola. - Contesté.

- Oh, eres americana! de lejos parecías francesa o italiana lo siento no ví tu chaqueta. - Todas las chaquetas de cada país tenían su bandera en la espalda. Traté de no irritarme demasiado, no esperaba compañía. 

- No hay nada por que preocuparse, descuida. 

- Genial, soy Bekka Paterson, equipo Canadá de snowboarding.

- Camila Cabello, Estados Unidos. - Sabía que compartiría el lugar con ella las próximas dos o tres semanas así que fuí lo más amable posible, no mencioné que practicaba patinaje sobre hielo, entonces ella preguntaría que hago en la Villa de los Esquiadores, no tenía ganas de conversar ahora que quería descansar y pasear en paz. Para mi suerte, otros dos corredores llegaron con nosotras.

- Que tal señoritas. - dijo un chico alto con voz grueza y blanca sonrisa. - Es un buen día para divertirse no creen?.

Me resigné, supe que no habría un lugar para encontrar paz, tal vez mañana me levantaría más temprano. No pasó mucho para ahora estar rodeada de un grupo de 10 personas, la conversación llendo y llendo a pesar de que yo no había hecho nada para seguirla.  Habíamos corrido alrededor de 2 kilómetros cuando quize tomar un descanso. Salí del sendero y me senté.

- Que hay de una carrera chicos?. - Dijo una rubia de Canadá, su larga cabellera rubia flotaba a la vez que corría. - La última persona en llegar invita una ronda ésta noche. - Y con eso todos salieron disparados.

- Actúan como si no supieran que la primer ronda aquí es gratis.

Levanté la vista para encontrarme con una chica del grupo de corredores quien también hizo una pausa. Deshizo su coleta y despeinó su cabello, colocando algunos mechones detrás de su oreja. Me miró con una sonrisa que ocupaba casi todo su rostro y no pude evitar regresársela. 

- No lo sé, apenas llegué anoche.

- Oh!. - La chica rió, tenía los ojos verdes más hermosos que haya visto. - Entonces ... deberías dejar que te enseñe el lugar. - su respiración acelerada se notaba por las pequeñas nubes blancas que salían de su boca por el clima. - Soy muy buena encontrando cosas. - Sonrió.

Su risa era contagiosa, no como la de la pelirroja, y respondí riendo entre dientes. - Tal vez me podrías ayudar a encontrar el café.

- Claro. - Dijo, atrapada en su entuciasmo tropezó un poco. - Wow.

La sostuve de la mano para ayudarla a recuperar su equilibrio. - Estás bien?. - Pregunté.

- Si! claro, es solo que no corro demasiado. - Sonrió con descaro, haciendome reír de nuevo. - Mi entrenador me hace correr cada día y yo absolutamente lo odio.

Miré a nuestras manos entrelazadas y sentí como un calor extraño crecía en mis mejillas. No me sonrojaba desde hace mucho tiempo, para evitar que ella lo viera, cambié lo más rápido posible a un apretón de manos.

- Camila. - Hablé.

- Lauren Jauregui. Creo que ambas somos de U.S. - Dijo, señalando a la pequeña bandera que tenía en el frente de su chaqueta. - Encantada.

- Encantada. - Devolví el saludo, deshizimos nuestro agarre y empezamos a caminar mientras ella sacaba un beanie de su bolsillo con la palabra Jauregui en letras grandes. Casi se le cae y alcancé a tomarlo por ella, sus manos estaban heladas.

- Aquí. Dejame ayudarte. - Señalé para que se inclinara. Era unos cuantos centímetros más alta pero aún así lo hizo. Le puse el beanie y cuando volvió a su postura original me levanté en mis puntillas para acabar de acomodarlo. - Listo. - Sonreí.

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Aquí está el segundo capítulo, espero que les guste, comenten y voten que les parecio.

Village Secrets (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora