✨ One Short's ✨ -Intendenteplay & Volkacio-

Hasta Que La Muerte Nos Separe

Yuukolai/Muertacio

Contexto: Yuu y Nikolai han sido descubiertos por el Sistema en una misión de infiltración, ahora piensan que sus vidas están perdidas, pero su amor se mantendría hasta el final.

Ah no ser...

(Basado únicamente en el Tweet que subió Nikolai)
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La misión falló.

Ahí se encontraban, los iban a matar, a los dos, juntos.

Bueno, era mejor que morir solos, así que tomaron aire, se tomaron las manos, Yuu quería llorar, se notaba su rostro rojo de frustración y miedo, Nikolai solo estaba pensando en que aún que nunca beso realmente a Yuu, al menos un beso en la mejilla se dieron.

Si, morir así no sería tan mal, pero a Nikolai le hacía fatal ver a su pequeño apunto del llanto, obviamente no quería morir ahí.

Al frente suya, dos hombres, uno con máscara de zombie y el otro con máscara de calavera con diseños dorados.

No sabían porque solamente estaban ellos dos y no toda la mafia, normalmente, toda la mafia se encontraba presente cuando mataban a un policía o eso es lo que Conway una vez les contó.

Sintieron cómo eran apuntados, tomaron aire, esperaban poder re encontrarse con sus compañeros, Leonidas....
Leopoldo, Gonetti, Torrente, Ivanov...

Esperaban verlos a todos si existía un cielo en el más allá.

O al menos reencontrarse en otra vida y poder estar juntos como habían deseado.

-Muy bien, últimas palabras? Quizás algo que confesar? Somos pacientes los dos, están de suerte así que suelten entre ustedes lo que quieran.

Nikolai se vio en la obligación de hacerlo, si Yuu no lo hacía, lo haría él.

No iba a desperdiciar sus últimas palabras.

-Yuu, te tengo que decir algo que creo que te has dado cuenta desde hace un tiempo, puede que vayamos a morir aquí, ahora pero....

Se le hizo un nudo en la garganta, apretó la mano del contrario con la suya.

-Te amo Yuu, estoy enamorado de ti, después de todo este tiempo trabajando juntos... Después de todo lo que hemos vivido, si estas son mis últimas palabras, me siento bien, no importa si me aceptas o no...

-Yo también te amo Nikolai...

El ruso sorprendido vio a los ojos al castaño, le cayeron unas lágrimas de felicidad, tomó aire y vio a los tiradores.

-Taco, Taco

-Si abuela?

-No ves lo bonito que es el amor? Anda ya, llama al abuelo, ya los hicimos sufrir lo suficiente.

El ruso no podía creer que estaba presenciando, los iban a perdonar? De verdad los perdonarían?

-Qui-Quienes son ustedes?

Pregunto Yuu alterado pero a la vez con una leve sonrisa en la cara.

-Mmm, podría decirse que somos algo más grande que el CNP y trabajamos con Conway, están de suerte hoy, pero a cambio de que puedan tener una vida, tendrán que dejar el CNP y sus identidades.

Nikolai vio a Yuu con felicidad y por un impulso le beso en los labios, con cariño, fue tierno y rápido, estaban muy nerviosos.

-Que puto asco tío!

-Déjalos ser abuela! Que no ves que se aman?

Dijo el de máscara de calavera con detalles dorados.

-Pe-Pero, les tienen que mostrar nuestros cuerpos a la mafia, no?

-Eso se resuelve rápido y fácil amigo mío! Taco taco, llama a Claudio, que traiga el cuerpo de Leonidas, el cuerpo de un tío que mida más o menos lo que Nikolai, una bolsa de sangre y una peluca del color de pelo de Yuu.

-Entendido.

Ambos chicos, estaban sorprendidos, realmente pensaron que morirían ahí y comenzaron a llorar, felices, se habían salvado, Dios los había salvado de alguna manera.

-Gracias a Dios....

Murmuró Nikolai por reflejo más calmado y secandole las lágrimas a su pequeño Yuu.

-Jo-Der! Claro que Gracias a Dios, que si fuera por nosotros, los dejaríamos aquí bien muertos, Así que agradezcanle al Super.

-Claudio viene en camino con los cuerpos y las demás cosas, Nikolai, Necesito que escribas algo en tu celular.

"Taco taco" le pasaría un celular a Nikolai, daba la sensación de que el chico de máscara de calavera, estaba sonriendo debajo de esta.

-Presta atención, escribe el número de nuestra jefa, háblale y dile que de parte de Gustabo y Horacio que les den nuevas identidades.

Y ahora lo entendían todo, ambos sorprendidos miran a los enmascarados.

-Pero Horacio! Que quería mantener el secreto un ratito más!

-No, ellos no le pueden decir a la jefa que dos gilipollas con máscaras que se llaman "Taco taco" y "Abuela".

Dijo Horacio al principio serio para después reír levemente por los apodos de idiotas que se habían puesto.

Horacio comenzó a dictar el número, Nikolai presto suma atención y lo escribió en los contactos, le envió un mensaje de inmediato a la mujer con lo dicho, después llegó un chico maquillado y con rastas rojizas, dejó dos cuerpos.

Uno de ellos de su compañero Leonidas, suspiraron, les dolía verle así, pero era el cuerpo en la morgue que más se parecía a Yuu, no tenían de otra.

Al cuerpo de Leonidas le colocaron la peluca, dejaron un cuerpo bastante parecido a Nikolai en el suelo también.

El que parecía ser un EMS le pasó la bolsa con sangre a Horacio, se dieron un beso corto en los labios.

-Más te vale llevarme a cenar algo esta noche, no es fácil cambiar los informes y mierdas de la Morgue y además cambiar las cantidades de bolsas de sangre, Joooder, que lío!

-Ya te voy a recompensar, ahora vete con cuidado, que nadie te vea salir.

Gustabo, miró a ambos chicos que estaban impactados por la situación, se tomaban la mano fuertemente, se notaba que se amaban.

-Anda, caminen, Claudio los va a llevar a la dirección que les de nuestra jefa, ahí les darán sus nuevas identidades, dinero y unos pasajes fuera de la ciudad.

-Porque? Porque nosotros y no Leopoldo? O los demás?

-Miren, existe una diferencia entre ustedes y los demás, la diferencia es que ahora estamos nosotros dos y además esta presente Conway, las demás realmente fueron situaciones que simplemente no fueron posibles de rescatar, aprovechen su puta oportunidad y váyanse, anda! Que tenemos que "Matarlos"!

Ambos fueron corriendo donde Claudio, sus corazones estaban acelerados, se subieron al auto, la mujer desconocida les mando una ubicación, era un edificio en la ciudad.

Entraron y ahí se encontraron con unos encapuchados, exactamente tres, dos de ellos se quitaron las mascaras y sus rostros eran un poema al saber de quienes se trataban.

Eran Conway y no sólo El Superintendente, sino, también Volkov.

Ambos se abrazaron a sus superiores y les agradecieron con lágrimas en los ojos.

Podrían hacer una nueva vida.

Tal vez no en el CNP como querían.

Pero Juntos.

Amándose.

Hasta que la muerte los separe.