La veías cada día desde la ventanilla de tu clase,
la chica mala que por todos era conocida
se encendía un cigarrillo en la salida,
con su pelo revuelto y su solitaria sonrisa.
Ella era la chica que te sacaba sonrisas
a cada bostezo que tenía,
era la que te robaba el sueño por la noche
con cada cigarrillo que se fumaba.
Y estabas tan enamorado de Alida,
que pensabas que iba vestida con alas,
tan ciego de amor estabas por Alida,
que no veías que estaba dolida.
Ya no la viste más por esa ventana,
porque Alida había perdido una guerra,
y estaba tumbada en el baño con un vestido blanco
cuando se convirtió en el verdadero ángel que mirabas
ŞİMDİ OKUDUĞUN
Celdas abiertas de las que nadie escapa
RastgeleY todas tenían algo en común, una oscura taca de tinta en el papel de su historia.