PRIVILEGIO.

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He perdido la voz que me llamaba,
el nombre que bombardeaba mi audición
en el sendero de la veraniega primavera.
Su rostro, aquel rostro pálido, rodaba por mí
cómo la libertad de una lágrima caída,
cómo el agua que se escurre de la noche
plateada, que se resbala del ventanal de una
luna encorvada en su reflejo.
Y su sonido es mi visitante, es la canción que
desemboca en la orilla de un arroyo cercano,
es su última risa la sobreviviente aquí,
no es mi inconsciente, no es mi memoria,
es solo ella.

Es lo más hermoso, lo más indescriptible,
a la hora de la noche de los que se van,
cuándo se esfuma el miedo de la sombra,
el ocaso que anhela refugio en el destierro.
Oh deseado, oh sangrante, es interminable
tu no regreso, tu no llegada tardía esa que
se extiende hasta el día de los días, hasta la
inmortalidad de lo que es ya cautivo,
el tiempo sin forma ni cuerpo.

La Interpretación Cautiva. | Poemario. ©️ ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora