MADRUGADA LACRIMOSA.

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¡Oh, tan desahuciada lágrima! Pequeña en
las noches que se fueron, con el agua vertida
en las ondas de la brisa, que cómo último
aliento florece en la música, de los que se
marchan al cauce pendiente abajo.

Aclamada sea su densidad, sus corrientes
pellizcando mis heridas, al crepúsculo del
inhumano vacío rufián, del ósculo que ha de
perdurar en las semejanzas, del recuerdo nítido en los vértigos del sufragio, antes de su marchar.

La Interpretación Cautiva. | Poemario. ©️ ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora