6. Tu y yo.

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Narrador omnisciente.

Joaquín tenía un color rojo carmín intenso y furioso adornando sus mejillas las cuales antes estaban pálidas, el calor estaba recorriendo todo su cuerpo al sentir a su hermano sobre de el quitando el boxer que traía puesto con sus dientes para liberar su sexo, tomando sus frágiles, suaves y lindas piernas llenas de lunares y poniendo a cada una sobre sus hombros para después empezar a lamer la punta de su miembro.

—¡Aaaah, Emi!– gritó de placer al sentir la cálida y húmeda lengua de su hermano lamiendo su miembro, agarro y enredo el cabello rizado del contrario apretándolo de vez en cuando.

—¿Quieres qué pare, bebé? – pregunto con la voz ronca que hacía estremecer al menor, se separo de él unos cuantos centímetros mirándolo con una sonrisa pícara en su rostro.

—n...no sigue...así...por favor– respondió como pudo entre jadeos, eso bastó para darle permiso a el mayor para continuar lamiendo para después meter toda la extensión de su miembro a su boca, subiendo y bajando, chupando todo de el —¡Dios!– gimió más fuerte arqueando su espalda y apretando los rizos del otro.

El pequeño no sabía que eran todas esas sensaciones que estaba sintiendo en tocó su frágil cuerpo, no sabía que era el placer que lo consumía, pero en su mente estaba que fuera lo que fuera le encantaban todas y cada una de las sensaciones que tenía.

No podía parar de gemir y gritar el nombre de su hermano y apesar de que al principio le daba pena los sonidos que salían de su pequeña boca, se quitó el pudor y se dejó llevar por todo lo que sentía el calor y la excitación.
El pequeño sentía que ya no podía mas y se lo hizo saber entre jadeos.

—ya...no...p...puedo...mas....por favor– inmediatamente el rizado se separó de el sacándole un chillido al castaño debido al repentino frío que sintió.

Saco un pequeño frasco del mueble que estaba al lado de su cama,el castaño estaba confundido ya que no sabía que era ese frasco que contenía un líquido espeso pues el nunca había tenido relaciones sexuales sin embargo el rizado si había tenido algunos encuentros sexuales.

Pero eso no evitaría lo que venía después pero sin duda ambos los disfrutarían como nunca.

El rizado se acerco de nuevo a el y lo volteo haciendo que su carita quedará en la almohada apretando las blancas sabanas y sus piernas dobladas y haciendo que su trasero quedará expuesto, dió un ligero apretón en el momento en que separó sus nalgas y después vertió un poco de lubricante en la pequeña, apretada y rosada entrada la cuál empezó a lamer.

El castaño empezó a gemir aún más fuerte, empezando a lagrimear por tanto placer que sentía.

—mmm, bebé estás tan rico– musitó Emilio.

—¡Dios Emi! Mmm se siente...bien– dijo entre tantos gemidos que salían de su linda boquita. El rizado sonrió y segundos después enroscó su lengua para meterla en la entrada del castaño empezando a moverla suavemente profanando y disfrutando.—No...¡Pares!– se separó y lo volteo de nuevo para ver su lindo rostro lleno de lágrimas y ojos cristalinos con mejillas sonrojadas hasta más no poder, sonrió por la linda imagen que veía.

Se acerco para besarlo para después bajar recorriendo su cuerpo y dejando besos húmedos alrededor de el tocandolo por todos lados. Llegó a su vientre y ahí se detuvo para poder poner un poco de lubricante en sus dedos. Primero metió uno sacando y mentiendo, luego metió dos haciendo tijeras y cuando sintió que ya estaba preparado sacó sus dedos.

Se quitó los pantalones junto con sus boxers sacando así su dura erección y puso de nuevo las piernas de su hermano en sus hombros puso lubricante en su miembro y en la entrada del castaño y con mucho cuidado empezó a penetrar a su pequeño pues el es virgen y tenía que ser cuidadoso, el castaño saco un sonoro gemido al ser llenado por su hermano.

Cuando estuvo completamente adentro de el espero un momento para que su bebé se acostumbrara, vio que tenía algunas lágrimas las limpio con sus dedos y le sonrió luego metió otra vez el miembro de su pequeño a su boca y después de unos cuantos segundos sintió como dejo de estar tenso así que saco el miembro de su boca empezó a moverse lento pero profundo dentro de el embistiendolo suave.

El castaño empezó a gemir al igual que el rizado

—¡Hay Emi!– gritó el castaño de placer.

—¡Huy bebé!, estás tan apretado amor– gimió el rizado —me encantas.

—ma...más ...rápido..por favor – pidió el castaño al querer tener más del rizado.

Fue una luz roja para el rizado para que empezará a embestir a su hermano más rápido pero profundo.

¡Aaaah, bebé!– gritó el rizado.

—¡Dios Emi!, ¡Si!

Siguieron así, ambos sudados y llenos de placer en todo su ser y cuando el rizado toco el punto dulce del castaño este arco su espalda.

—¡Aah aay dios!– ahí supo el rizado que había dado en su próstata.

Tomo el miembro de su hermano y empezó a masturbar rápido y a moverse más rápido dando estocadas en su punto varias veces.

Hasta que por fin el castaño se tenso por completo arqueo su espalda e hizo para atrás su cabeza, apretando las sábanas y lanzando un gemido más alto que todos.

—¡Emi!– fue lo último que formuló el castaño al correrse en el estómago de ambos y apretando al miembro del rizado lanzando un alto gruñido y corriendose dentro de el.

Ambos terminaron rendidos y acostados en la cama respirando aceleradamente tratando de controlar su respiración.

—Me encantas– dijo el rizado ya más clamado y dándole un beso al castaño y sacándole una bella sonrisa.— te amo bebé.

—Yo también te amo– murmuró él menor dándole una mirada llena de amor.

—Ahora ya no tendras ninguna duda de que me perteneces, eres solo mío y de nadie más precioso solo tu y yo– el castaño asintió con esos ojos enamoran a todo el mundo.

Porque sin duda ambos se pertenecían, ambos se entregaron en cuerpo y alma y sin duda con todo el amor que se tenían y siempre será así.

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Es mi primera vez escribiendo smut y espero les guste mucho.

—un pan😜🤟








Amor entre hermanos (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora