Capitulo 4

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Al llegar a Las Vegas, miro por la ventana del autobús fascinada. Decidimos comprar un boleto de autobús, era más seguro y discreto que usar la camioneta negra de los matones. A mi lado, Cole se encuentra con los ojos cerrados, pero sé que no está dormido. Es decir, su trabajo es protegerme así que no creo que se haya dormido o bueno eso espero.

- ¿Nunca habías venido?

Niego con la cabeza sin despegar la mirada de la ventana.

-No olvides que no venimos de turismo.

Lo volteo a ver.

-No me lo tienes que recordar. – bufo.

-Evita hablar con desconocidos. – dice cuando el autobús se para y se levanta. Lo imito y lo sigo.

Miro a Cole mientras caminaba detrás de él. Caminaba de prisa y atento a todo, eso me resultaba atractivo en él. Me voltea a ver por su hombro y desvío la mirada a un lado, simulando observar a la gente que pasaba a mi lado.

Choco con su hombro y me detengo detrás de él con una mueca.

- ¿Qué pasa? – pregunto.

No me contesta, solo mira a todos lados. Suspiro y me cruzo de brazos.

-Oye.

-Cállate. – masculla. Abro la boca sorprendida y dispuesta a reclamarle, pero envuelve mi brazo con su mano. – Tengo un mal presentimiento.

Alzo una ceja.

- ¿De...? – susurro esperando que me diga.

-Que nos están siguiendo.

Miro a mi alrededor asustada y me acerco más a él.

-Actúa normal. – me dice y toma mi mano. – Salgamos de aquí.

Asiento, aunque no me esta mirando e intento seguir sus pasos. Logramos salir de la estación de autobuses y rápidamente pide un taxi alzando la mano.

- ¿A dónde vamos ahora? – pregunto casi en un grito debido al ruido que había en la calle. – ¿Otro hotel?

-Primero tenemos que hacer una parada.




***




-Te queda ese color.

Miro a Cole en cuanto salgo del baño del centro comercial. Mi escanea con su mirada y hace una mueca parecida a una sonrisa. Acomodo mi cabello, ahora rubio y me acerco a él.

-A ti te queda tener cabello. – paso a su lado sonriendo y veo como como se pone serio. Acomoda su chaqueta y empieza a caminar a mi lado.

Después de salir de la estación, venimos a un centro comercial y Cole se encargó de conseguirnos un cambio de imagen. Me consiguió un abrigo rojo que cubría casi todo mi cuerpo y una peluca rubia. Él trae puesto una camiseta de cuadros rojos y uno vaqueros.

Y claro con el toque final, su peluquín color negro.

- ¿Crees que estén aquí? – pregunto en un susurro.

-Tal vez. – murmura. Su mirada se dirige a un lado y aprieta la mandíbula.

Me estresa que él sepa quienes nos ven, siento que estoy caminando sin rumbo.

- ¿Entonces que...? – siento su mano entrelazarse con la mía.

-Actúa normal. – susurra. – No saben cómo lucimos.

Aprieto su mano e intento calmar mi respiración. Nos mezclamos entre las personas que caminaba en la tienda y mantengo la cabeza un poco inclinada hacia abajo. Miro de reojo a mi alrededor, pero no logro identificar a quienes nos siguen. Cole se adelanta un poco, pero sin soltar mi mano.

Alguien choca con mi hombro y suelto la mano de Cole. Miro detrás de mí y no veo a nadie, regreso mi mirada al frente, pero no veo a Cole. Mi respiración se agita y volteo a todos lados. Tengo ganas de gritar su nombre, pero se que solo empeoraría todo.

Sigo caminando mientras mis ojos miran a todos lados buscando a Cole.

Todo sería más fácil si no tuviera su peluquín.

Diviso la camisa de cuadros rojos de Cole y me acerco rápidamente. Toco su hombro, pero mi sonrisa se borra en cuanto veo que no se trata de Cole.

-Lo siento... – murmuro. Continúo caminando, pasando a lado de él, pero su mano en mi brazo me detiene. Lo miro confundida. – ¿Qué...?

-Intenta algo y disparo. – se pega a mí y siento algo duro contra mi espalda. – Camina.

Me empuja con disimulo para que siga caminando y hago caso. Miro a las personas que nos rodean, ajenas a lo que esta sucediendo. Busco el rostro de Cole por todos lados, pero no lo encuentro. Veo que me dirige hacia la salida de emergencia y mi corazón se acelera más de lo normal. Intento hacer contacto visual con alguien y vea el miedo en mis ojos, pero no pasa.

Siento el aire pegar en mi rostro en cuanto salimos del edificio. Lo primero que veo en cuanto salgo es a Cole con el rostro golpeado y arrodillado con la punta de una pistola en su cabeza. Solo trae puesto una camisa negra de tirantes. El sujeto que me sujetaba se la había quitado para encontrarme.

-No eres muy bueno en tu trabajo eh. – masculla el hombre que apuntaba a la cabeza de Cole.

Él simplemente se queda callado y me mira. Asiento con la cabeza dándole a entender que estoy bien.

Estábamos en un callejón apartado de la calle, difícilmente alguien se podrá dar cuenta de lo que pase aquí, a excepción del sonido de un disparo. Había tres hombres además de Cole y yo. Uno me sujetaba a mí, otro a Cole y el ultimo simplemente miraba la escena divertido.

-Esto es lo que vamos hacer. – empieza a hablar el hombre que me sujeta. Aprieta con fuerza mi brazo y hago una mueca. – Vamos a caminar al carro y no intentaras nada ¿okey?

No contesto, simplemente me muevo enojada intentando zafarme y él saca su pistola. Me estampa contra la puerta y pone el cañón contra mi frente. Escucho como Cole forcejea contra el otro, pero no lo volteo a ver. Mi mirada está en el hombre que me apunta.

- ¿Eres estúpida acaso? – pregunta con ironía. – ¿Quieres que te reviente la cabeza?

-Hazlo. – mascullo. El hombre alza una ceja. – Hazlo.

-Maddy no. – exclama Cole.

-Hazlo – repito al hombre. Le quita el seguro del arma. –¡Que lo hagas!

- ¡Madison!

Escucho el sonido del disparo, pero nunca llega a mí. Abro los ojos y hasta este momento me doy cuenta que estaba llorando. Frente a mí, el hombre esta tirado en el suelo con una bala en la cabeza. Miro a Cole y me doy cuenta que había noqueado al hombre que lo retenía. Rápidamente corre a mí y me protege con su cuerpo.

El tercer hombre sostenía el arma con la cual le disparó a uno de los suyos. Levanta los brazos.

-No les haré daño.

Ninguno de nosotros dice nada. Los hombros de Cole, subían y bajaban con rapidez de lo que agitado que estaba. El hombre deja el arma en el suelo y la patea a hacia nosotros. Cole la toma sin dejar de verlo.

- ¿Quién eres?

-Fred. – contesta con calma. Sus ojos se concentran en Cole cuando dice lo siguiente. – Clara Fuentes los espera.

- ¿Quién carajos es Clara Fuentes? – exclamo.

Sabia que Cole la conocía, ya que el tal Fred lo vio cuando dijo eso. Pero como siempre, yo no entendía nada. Cole me voltea a ver.

-Es quien nos ayudara.


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