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[...]
—Jungkook-shi— Lo llamó mientras se sentaba a su lado.
El pecho le dolió al ver como Jungkook se apartaba bruscamente de su lado y le daba la espalda.
—Hay una cuenta en Twitter que seguís… Quería saber quien era…— Habló como pudo.
Se sentía un completo tóxico, pero su novio había dejado de seguir a medio mundo, menos a esa cuenta y vivía escribiendo en su celular.
—Jungkook...— Lo llamó de nuevo al no recibir respuesta alguna.
Se acercó despacio si hacer mucho ruido y lo abrazo con fuerza por la espalda escondiendo su rostro ahí.
Por más que el más alto empezó a forcejear él mantuvo sus brazos firmes al rededor del cuerpo de Jungkook.
—Jimin…— Susurró y comenzó a llorar tratando de apartar las manos de él más grande de él.
Él no merecía esos abrazos porque eran mucho para él. Él no merecía a Jimin… Porque él también era mucho.
—¡Basta!— Gritó y Jimin se movió a un lado asustado.
Ahora los ojos llorosos y rojos de Jungkook lo miraban con enojo y tristeza. Sus ojeras le daban miedo al igual como se veía tenso su cuello.
—No me toques, ni me hables...— Se abrazó a si mismo y cerró sus ojos respirando erradamente.
—¡¿P-por qué?!— Apretó con fuerza sus manos sin apartar la mirada del contrario.
—Mi amor…— Habló bajo y abrió sus ojos ojos suavemente —Solo apártate. Estoy mal y no quiero que te acerques ¿Se entiende? N-no soy bueno para vos.
—¿Como vas a decir esa estupidez?— Preguntó serio —Sos la persona más buena que conocí y no quiero alejarme. Sabes que cualquier problema podes contarmelo, vos mismo dijiste eso hace unos días. Yo puedo contarte cualquier cosa y vos a mí, sin importar que sea.
—Pero esto es distinto.
—Solo voy a saber si me lo decís.
—No tenés que preocuparte, te dije.
—Comes muy poco, dormist casi nada y no hablas con nadie ¿Como pretendes que yo no me preocupe? Sos una de las personas más preciadas que tengo y te amo, quiero saber que te pasa.
—Bebé…— Se acercó un poco a Jimin —Voy a lastimarte.
—No sos capaz.
—Créeme que con lo que te voy a decir te voy a lastimar, y es lo que menos quiero.
—Algún día vas a tener que hacerlo. Es horrible acostarme en la cama con miedo a que al otro dia no estés. Es horrible esa sensación— Lo miró triste y sus manos comenzaron a sudar.