Soy homosexual, capaz | [pausada]

27

—Tío…

—Pasame la mochila Lolo— Pidió ignorando al menor.

Lolo le alcanzó la mochila y lo miró con pena. Su tío guardaba la ropa en la valija con los ojos mojados, y lo sabía porque veía caer gotas sobre la ropa limpia.

Los juguetes de las nenas los guardaba tan apurado en la mochila que al cerrarla quedaban mechones de las muñecas del lado de afuera.

—Tío Jimin respira un poco— Le tomó la muñeca y el mayor respiró y lo miró con tristeza.

—¿Estoy haciendo bien Lolo?— El nombrado no emitió ni una palabra y abrazó a su tío. Tan pronto lo hizo pudo escuchar los pequeños sollozos de este.

[…]

–¿J-jimin?

—Perdón por no avisar, era urgente— Habló seco apartando a la chica rubia al frente suyo para luego entrar a la casa junto a los chicos.

—¿Que sucedió?

—No te incumbe— Rodó sus ojos —. Solo necesito un lugar donde dormir con ellos, y sos la única a la que pude recurrir. Papá y mamá no pueden saber de esto.

—Ellos..— Su mirada fue hasta abajo viendo al nene de unos siete u ocho años tomado de la mano de la niña de capaz unos tres y luego hacia el cochecito de color azul, dónde se encontraba un bebé —¿Quienes son?

—El— Señaló a Lolo —. Es tu hijo, me sorprende que no lo reconocieras.  Y ellas dos— Señaló esta vez a las nenas—, son mis hijas.

—¿Hija? ¿Sales con alguien?

—Eso no te incumbe, ya te dije.

—A ver, Jimin. Venís a mi casa para que te de un lugar donde estar y ni siquiera podes contestar mis preguntas. No es lindo.

—Me lo debes.

—Mentira.

—Vayan al patio— Les pidió a los menores y estos asintieron y salieron corriendo menos la bebé obviamente.

—No te debo nada.

—¿Quién cuido a Lolo cuando te escapaste? ¿Quién te cubrió con nuestros papás? ¿Quién tuvo que mentirle a nuestros papás sobre que Lolo era adoptado porque vos lo obligaste? ¡Ese fui yo, Yeri!

—Bueno, tenés razón…

—Dios, entonces no te metas en mi vida. No te tiene que importar si tengo hijos, pareja, nietos o lo que sea ¡Es mi vida!

—Esta bien, cálmate por favor.

[…]

—¿Él sabe que soy su mamá?— Preguntó Yeri viendo al pequeño niño jugar con su mascota en el patio.

—Si…— Respondió Jimin sentándose a su lado —Pero no creo que quiera hablar con vos. Él quiso saber por qué no estabas hace como un año y era su derecho que se lo cuente.

—¿Crees que me acepte?

—No tiene un porqué hacerlo. No te necesita.

—Pero, es mi hijo después de todo…

—De sangre podrá ser, pero en si yo soy la única figura materna y paterna a la vez que tiene. Yo soy el que lo crió y le dio todo.

—No te convierte en su padre. Él te sigue diciendo tío.

—Es porque yo quise que me llamara así.

—Ya veo…— Giró su cabeza y vio a su hermano.

Recuerdos e imágenes se le vinieron a la cabeza de lo sucedido hace años.

—¡No puedes irte!— Grito el chico de apenas 19 años con un bebé en brazos.

—No quiero estar acá, Jimin— Se dio media vuelta entre lágrimas y corrió como nunca, dejando atrás a aquello que en algún momento amo.

—¿Qué?— Preguntó Jimin extrañado al sentir la mirada de su hermana sobre él.

—Te peleaste con alguien ¿No es así? Por eso viniste acá.

—Yo…— Agachó su cabeza y comenzó a jugar con sus manos —Me peleé con mi pareja y lo único que me salió fue escapar. Eso nomas.

—No mientas.

—Bueno, esta bien— Rodó sus ojos y la miro fijamente —. Me engañó ¿Sí? Y quiero hablar bien sobre eso pero no me sale…

—¿Te llamó?

—No traje celular Yeri. Vine acá como vos, con el mismo objetivo, pero con un distinto motivo. No me escapé y dejé a mis hijas y sobrino para poder ir con la persona que me dañó. Yo… Yo me escapé porque no me da la cara para arreglar las cosas con esa persona que me hizo sentir tan mal— Dijo todo eso con lágrimas en los ojos y Yeri se preocupo.

Su hermano solía ser alguien estudioso, con amigos y esa sonrisa hermosa que nunca desaparecía de su rostro. Eso llegaba a irritarla por el hecho que todo el mundo lo prefería a el antes que a ella. Era estúpido.

Cuando su novio la engañó le dijo que había sido por su hijo, que el nunca lo quiso y nunca lo querrá. Y ahí millones de horribles de ideas se le vinieron a la cabeza, menos una, que es la que decidió elegir.

Se iría con su novio a Uruguay y dejaría a su hijo recién nacido con su hermano. Era lo mejor según su mente de adolescente.

Jimin era bueno con los niños y era el único que sabía de la existencia del niño.

—Jimin, sigo siendo tu hermana después de todo. Puedes contarme lo que quieras.

—Yo… Salía o salgo con un chico menor, supongo que tiene derecho a querer explorar más de la vida en vez de aburrirse conmigo. El me engañó al decirme que estaría siempre conmigo y al--

—No— Habló firme —. No importa que sea menor, el te eligió y se supone que quiso estar a tu lado.

♡♡

A mimir