Miraba incesante el reloj en la pared frente a mi pupitre, cada manecilla moviéndose al compás creando con ello un tic tac realmente molesto. Ni yo mismo podía entender el por que de mi repentina inquietud, no había pasado ni ocurrido nada que me pudiera colocar en este estado, francamente el día de hoy fue tranquilo, desde mi camino a la escuela, nada raro ha pasado y ahora mismo la clase no llevaba mayores problemas.
-Esto ocurrió cuando en Sodomia y Go...- Decía la maestra pero no pudo terminar la oración ya que se vió opacada por el sonido de la campana que dió paso al ruido de las sillas siendo arrastradas y el tumulto de gente haciendo su camino hacia la salida- ¡Recuerden los voluntarios ir a encontrarse con el Padre en el confesionario!- Acotó por última vez.
Lo había olvidado, hoy tenía salida de voluntarios, eso me hacía recordar también que no había tenido tiempo de avisar en casa... Está será una sorpresa, será la oportunidad para demostrarle a mi padre que puede estar orgulloso de mi por mis buenas acciones.
Ahora con eso en mente, más animado y con pasos rápidos inicié mi camino al confesionario. No tardé mucho, en el lugar ya se encontraban un par de personas más, no éramos muchos, a lo mucho unos ocho.
-Bien, creo que están todos...- Mientras decía esto nos dió una mirada rápida a todos los presentes- Afuera hay un vehículo esperando por nosotros ya que a donde vamos está un poco lejano. Escuché los murmullos de los presentes, sacando conclusiones de a donde podríamos ir- No se preocupen, este acto de bondad será visto por Dios, él ahora está muy agradecido.
Todos los que estábamos aquí teníamos la ilusión de ayudar, me di cuenta que este pueblo tan pequeño esta lleno de prejuicios y clases sociales bien marcadas, no se junta al pobre con el rico, el pobre solo sirve para servir a aquellos que están en la cima de la sociedad y es algo que quiero cambiar, es por eso que de igual manera quiero con esto complacer a mis padres.
*
No nos mintieron cuando nos dijeron que el lugar quedaba lejos, después de casi media hora de viaje estábamos en nuestro destino, al bajar pude divisar que ya no nos encontrábamos en el pueblo, estábamos a las afueras donde era prácticamente todo árboles y sitios sin construcciones grandes, solo unas pequeñas casas, que se veían deterioradas, a simple vista se notaba que este era un lugar de bajos recursos.
Los gritos de niños sucios de tanto jugar en la tierra, corriendo detrás de una pelota desgastada y niñas saltando con una soga y coreando canciones al unísono se me hacía realmente lindo de ver. Pronto fuimos recibidos por una mujer de unos cincuenta años, quién nos dió la bienvenida y las gracias por estar ahora en este lugar tan apartado.
-Realmente les agradezco mucho por visitarnos- Habló respetuosamente la mujer, dirigiéndose a todos nosotros.
-No es problema, es necesario ayudar a nuestros prójimos, por ahora ¿Puede decirnos en que podemos ayudar?- Preguntó amablemente el párroco.
-Aquí viven muchos abuelitos y para ellos es realmente un problema hacerse cargo del trabajo pesado de las casas... Como ve, nuestras casas son débiles y algunas están en tan mal estado que cuando llueve, el agua entra- Esto último lo dijo con un hilo de voz, se notaba el sufrimiento de estas familias al vivir en estas condiciones- A algunos los techos se les están cayendo o simplemente los servicios básicos dejan de funcionar...- Aquella humilde mujer estaba batallando para no dejar escapar las lágrimas, el sufrimiento oculto contrarestado con la inocencia de todos estos niños quienes juegan libremente e indiferentes, me hacía un nudo en la garganta, los ayudaría... Sea como sea.
-No se preocupe- Dije tratando de calmarla- Haremos todo lo posible para ayudarlos a todos- Pude sentir el asentimiento de los demás presentes y la sonrisa esperanzada de la mujer.
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Sinner || Yoonmin +18
Fanfiction《Fuiste la manzana, aquella que me llevó a disfrutar del dulce placer del pecado》