TRECE.

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Mi casa se encontraba sola, bueno, a excepción de mí quien era el único que se encontraba en casa, más específicamente encerrado en mi habitación, no había salido de esta ni siquiera para ir a clases.

Había decidido encerrarme con seguro y quedarme ahí sin salir por todo el día sin importarme nada. Pensé que mi madre no saldría nunca de su habitación pero si lo hizo, como a eso de las diez de la mañana ella salió y escuché sus pasos dirigirse hacía el baño.

Luego de eso la escuché vagar por la casa hasta que después de lo que habrá sido una hora, abandonó nuestro hogar. Salió y no se a donde, sólo sabía que ahora estaba solo, completamente solo.

Ahora mismo son casi la una de la tarde. Al ver que había pasado tanto tiempo encerrado, decidí salir y darme una ducha. Me sentía más tranquilo y mis nervios iban desapareciendo poco a poco pero aún un sentimiento de tristeza me embargaba.

Me miré al espejo y mi rostro no se veía bonito, pese a que había dejado de llorar hace un rato mis ojos seguían hinchados y algo rojos, mis labios estaban secos y mi pelo revuelto. Solté un suspiro cuando vi mi cuello.

Este se veía mucho mejor ahora y las manchas que en su momento fueron tan llamativas ahora solo eran pequeños manchones que sólo eran capaces de verse si te acercabas en demasía.

Luego de escudriñar mi rostro, al fin entré a la ducha, fue un baño algo más largo que él que generalmente me doy día a día pero me sirvió para relajarme un poco.

Cuando salí, me vestí y traté de arreglar un poco, estaba en eso cuando siento mi puerta ser golpeada, mi madre generalmente lleva su llave para poder entrar y mi padre quien llega tarde en la noche igual andaba con la suya.

«Quizás mi madre la olvido.»

Bajé rápidamente y al abrir la puerta vi a Jungkook parado frente a mí puerta, éste me saludó feliz y enérgico.

-¿Jungkook?- Pregunté sorprendido- ¿Que haces aquí?- Él me miró con una sonrisa en su rostro.

-¿Me dejarás pasar?- Preguntó, a lo cual yo me moví un poco para que pudiera pasar- Es como si no quisieras que yo esté aquí- Dijo él.

Yo sólo lo miré miéntras él sacaba de su mochila algunas hojas y me las entregaba amistosamente.

-Vine porque empezaremos con los exámenes y no quería que te quedarás sin los apuntes- Yo miré las hojas rápidamente y vi que efectivamente era el cronograma trimestral- Sabes que el primer trimestre es el más difícil, así que procura estudiar- Me advirtió.

Yo solo dejé las hojas en la mesa y le agradecí, no sabía que más decir porque no esperaba su visita y tampoco la quería para ser sincero.

-¿Estás bien?- Dijo curioso luego de un momento- Te pregunté porque no fuiste a clases y no me haz contestado- Cuestionó con el ceño fruncido.

Le regalé un intento de sonrisa pero más que tranquilizarlo, él se preocupó más.

-Dios, Jimin ¿Que clase de sonrisa es esa?- Dijo cruzando sus brazos- ¿Donde están tus padres?- Volvió a preguntar.

-Mi padre está trabajando- Dije bajito- Y mi madre...- Dudé un poco pero al final completé la oración- Mi madre... No lo sé.

Mi rostro se tornó triste y tuve que bajar la mirada para que él no pudiera notarlo. Pero al parecer fallé.

Jungkook se acercó a mí y me tomó de mis hombros. Levanté solo un poco la vista y sentí como era arrastrado hacía uno de los sillones. Juntos nos sentamos en este.

-No soy muy bueno dándome cuenta de las cosas- Dijo muy seguro- Pero tú no eres para nada discreto...- Aquello me hizo sentir algo vulnerable- Puedes contarme... No le diré a nadie.

Sinner || Yoonmin +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora