|Capítulo 14|

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|Jimin|

Mi hermano me miraba como entre miedo y sospecha, pero ¿por qué? Estoy seguro que Jungkook le habrá hecho algo o dicho algo, porque me miraba con tal desconfianza que lo sentía capaz de apuñalarme por la espalda.

—Tranquilo —le dije—, no volveremos a casa. Sólo quería que vinieras al pueblo conmigo.

Taehyung asintió aun con desconfianza, me daba miedo verlo de esa forma, espero y no se le haya pegado lo psicópata de mi novio. Quizás el psicópata era yo por seguir amando a Jungkook y aceptar lo que él hace, ayudando a encubrirlo. Ambos estabamos locos. No quería eso para Taehyung, él era un niño muy listo y lindo, él podía hacer algo mejor, pero tenía esa maldita silla haciéndole creer que no puede hacer nada gracias a ella.

—¿Qué pasará con Jungkook? —preguntó Taehyung, y allí estaba de nuevo, preocupándose por Jungkook.

—No te preocupes, vamos a volver. No puedo dejarlo —conocía a Jungkook más de lo que me conocía a mí y estoy seguro que si lo dejo mucho tiempo pensará que ya lo abandoné y querrá desquitarse con alguien ajeno a nosotros—. No es necesario que te preocupes mucho por él —las mejillas de Taehyung se encendieron, no me agradaba la idea de que a mi hermano le gustara mi novio y mucho menos cuando él sólo quería deshacerse de mi hermano.

—No debiste haberle gritado —murmuró con la cabeza agachada—, me mostró el océano, nunca lo había visto —los planes de Jungkook eran distintos a mostrarle el océano o a dar un paseo por ahí, Jungkook iba a matarlo, porque cree que sólo debemos ser nosotros dos, pero Taehyung estaba tan cegado.

—Es que me preocupé —dije.

|Jungkook|


Estando solo en casa todo era más frustrante, no había voces que callaran las de mis impulsos. Me sentía bastante agresivo, no podía creer que mi novio se fuera con Taehyung. Ese niño sólo venía a seducir a mi novio y a quitármelo, estaba loco si creía que lo iba a permitir. Tenía tanta ira dentro de mí que no encontraba la forma de desquitarme. Rompí algunos jarrones de la casa, de igual forma no eran nuestros.

Pero eso no fue suficiente. Lloré hincándome, pensando en lo mucho que extrañaba a Jimin y la falta que me hacía. Ya había pasado una hora y él no regresaba. Lo necesitaba, quería que estuvieramos juntos, ¿por qué no estaba aquí?

Tocaron la puerta, ignoré eso y continué con lo mío. Tomé un vidrio del jarrón y me corté los brazos. Cerré mis ojos imaginando que ese corte lo hacía Jimin y que después él succionaba mi sangre. Pasé mi lengua por mis heridas, jadeé, pero volví a ser interrumpido por la puerta. La miré con ceño y no me quedó de otra mas que abrir, mientras limpiaba mis pequeñas cortadas.

Un chico pálido con una gorra de trailero y con un cigarrillo fue el que había estado interrumpiéndome.

—¿Qué quieres? —pregunté.

—Vengo por la marihuana, me dijeron que ya estaba empaquetada.

Fui por la caja, sentí su mirada sobre mí, así como cuando Jimin me mira cuando decido ponerme lencería. Pues estoy con un pantalón corto ajustado, seguro es eso. El favorito de Jimin, me vestí así para que cuando llegara nos volvamos uno en la cama.

Le entregué la caja al chico y él me pidió que metiera mi mano a su bolsillo para sacarle la cartera. Lo miré con recelo, pero al final lo hice, metí mi mano y sentí otra cosa que no era su cartera, la saqué de inmediato y lo miré con desconfianza.

—¿No estaba allí?

No tenía tiempo ni paciencia para esos juegos. Mi novio estaba afuera en quién sabe dónde y éste enfermo me estaba intentando ligar.

—¿Qué pretendes? —le pregunté—, ¿piensas que haciéndome tocar tu diminuto pene, se me va a parar? —reí. Al parecer eso le molesto bastante, dejó caer la caja con hierba y me besó agresivamente. Sus manos sujetaron las mías, era demasiado fuerte. Sacó una cuchilla y con ella arrancó mi camisa.

—Cuándo tu novio te esté besando y haciendo el amor verá esto y lo verá por siempre —en mi pecho me empezó a cortar algo. Jadeé, hice lo posible para evitar que me cortara. Jimin se volvería loco en cuanto lo viera.

—¡Basta! —repetí varias veces, pero mi Jimin no estaba para defenderme. Sólo me escribió Yoon.

—¡Eres un maricón! —gritó y luego me empujó tan fuerte que no tuve la fuerza de mantenerme de pie, de mi pecho comenzaron a brotar gotas gordas de sangre—, ¿Qué crees que dirá tu novio en cuanto te vea?

Se molestaría mucho con el culpable, puede que él aun no se dé cuenta, pero él tenía mis mismos impulsos, lo veo apretar la mandíbula cuando hace corajes para resistirse a golpearme y viéndome así, querrá matar al responsable.

Yoongi se hincó a mi lado, tocó la
cortada y yo me removí, no era placentero cuando lo hacía alguien distinto a Jimin. Y con la cuchilla cortó el pantaloncillo favorito de mi novio dejándome completamente desnudo, me sentía humillado. Quise taparme, pero este imbécil tocó mi miembro haciéndome temblar, no quería, mis lágrimas no tardaron en aparecer, se suponía que yo soy de Jimin y él para mí, no podía permitir que alguien me tocara.

Entonces se me ocurrió la idea de asesinarlo, no quería hacerlo porque Jimin me pidió no hacerlo, pero me iban a violar.

Sonreí y comencé a gemir, haciendo como si tuviera espasmos en todo mi cuerpo, como si fuera a venirme. Vi una sonrisa asomarse en su rostro. Se desabrochó el pantalón y se lo bajó mostrándome su miembro, el cual era pequeño pero gordo.

Busqué con la mirada algo para ayudarme y aun lado de mí estaba la cuchilla. No era muy inteligente, me besó y sentí como metió la punta. Cerré mis ojos con fuerza, este tipo era un animal, se metió todo de una estocada, sentí mi cuerpo temblar tenté el suelo buscando la cuchilla y en cuanto la tuve en mis manos se la encaje en la cabeza.

Se salió de mí y se levantó intentando sacarse la cuchilla, me levanté con dificultad y casi resbalando por mi sangre en el suelo. Se intentó quitar la cuchilla, pero yo lo golpeé y después la cuchilla se la encajé más, pude sentir como esta tocaba un órgano suave, Yoongi me miró mientras convulsionaba en el suelo y después falleció o eso quise creer.

Me mantuve viendo su cuerpo, preguntándome si debía enterrarlo ahora, quise levantarlo, pero el pecho me dolió demasiado. Aun seguía sangrando. Fui al baño a secarme y con la navaja de rasurar de Jimin quise borrarlo cortándome varías rayas horizontales. Dolía tanto, pero me importaba más lo que Jimin pensara.

Todo me comenzó a dar vueltas, me fui a acostar a la cama boca arriba esperando que el dolor se pasara. Sólo esperaba que Jimin volviera pronto.

Red (Jikook)[Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora