-Entonces... Kreous está vivo...
No estaba segura de si era parte del cansancio, del dolor, el estrés remanente o el hecho de que tenía casi veinticuatro horas que no pegábamos ojo, pero Sophie parecía procesar aquello con la lentitud de una computadora vieja y destartalada. Supongo que también tenía mucho que ver la impresión de aquella noticia. No todos los días descubres que un ser de casi seis mil años de edad sigue vivo.
James, desde la ventana, se encogió de hombros.
-Es posible, sí ~
-Si Gale no está mintiendo, es muy probable que sí -agregó Wade, quien había llegado minutos antes de que finalizase la explicación. Se había sentado en el suelo, con la espalda contra la pared, y llevaba nuevamente el vaso lleno de whisky. Me preguntaba cuanto alcohol tendría que consumir un shinigami para embriagarse-. Si es así, realmente está creando proscritos, ayudando demonios y, por algún motivo, Ondina le está ayudando a todos ellos.
-Y si es así, se halla escondido en las cuevas de Kwenrith -Sophie levantó mucho las cejas, abriendo los ojos de forma desproporcionada. Era como si toda esa información la hubiese trastornado-. Buen lugar para esconderse...
-Por otro lado, y como les dije, Bharus está buscando las piezas del mapa de Avalon -completó Chris, cruzado de brazos en el sillón al lado de la bruja.
-Sí... -murmuré, con los ojos clavados en el piso-. Eh... ¿entonces es el mismo Avalon? ¿Avalon de las leyendas? ¿Dónde viven las hadas y los unicornios?
No sabía a quién mirar, y la verdad es que cuando yo lo decía sonaba ridículo. Comenzaba a pensar que necesitaría un librito para anotar todo lo que decían, porque entre mitos, leyendas y datos, me sentía más saturada que en las clases de historia universal.
Wade se echó a reír muy suavemente, con los brazos cruzados, apretando un poco un ojo por el dolor.
-Sí -dijo algo falto de aliento-. Ese mismo. Sin los unicornios me temo. Y a estas alturas, probablemente también sin hadas. Pero eso es punto y aparte, por el momento tenemos que resolver todo ese asunto de los hermanitos satánicos que tenemos allí abajo.
- ¿Realmente vamos a perder el tiempo ayudando a esos dos? -masculló Chris, claramente desdeñoso. Se apoyó sobre las rodillas y miró a todos enfurruñado- ¿Por qué no dejarlos ir? Dejarlos libres suena bastante misericordioso, no veo porque tenemos que ceder a sus caprichos.
-Porque hay una alta probabilidad de que Kreous no esté vivo... -dijo James, detrás de mí-, y si es así, quiere decir que sea quien sea que se haga pasar por él, no tiene su poder y es muy posible que esté usando mis documentos para manipular las almas de los demonios... No puedo permitir eso, querido~
-Además de que Ondina podría ayudarnos a saber más sobre el mapa, y quizás sobre mí -Sophie se miró las manos, y luego Wade, Christopher y Jillian-. Después de todo, las hadas son druidas, y las brujas somos más bien eso. Si Ondina es tan antigua como dicen, tal vez ella sepa algo de mi origen.
-Es una buena idea -confirió Wade, haciendo una mueca algo sorprendida- ¿Dónde dijo esa sabandija que estaba Ondina?
-En el bosque de Bialowieza, en el sur de Polonia, en la frontera con Bielorrusia. -dijo Jillian, pensativa, con los brazos cruzados-. Son bosques muy densos. Si yo fuera un hada, me escondería allí.
-También si fueras un mapache -Wade rodó los ojos-, no es como que sea el escondite más creativo del mundo.
-Lo que a mí me cuestiona, es por qué querría Bharus el mapa a Avalon -preguntó Chris, ajeno a la mirada asesina que le dirigió el ángel al irreverente shinigami-. Hasta donde se sabe, la isla fue abandonada, es básicamente magia muerta. Y Excalibur... No puede usarla, a menos que fuera un Centinela, ni puede activar sus poderes.
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Donde sueñan los relojes
RomansSylvette tiene 18 años, cursa el último año del colegio, y se hace cargo de su hermano menor cuando su madre no está en casa. Ah, y también hace todo lo posible por mantener oculto al shinigami albino que dejó vivir en su armario. Lo que no sabe, es...