¿El Enano del que me enamore es un Rey?

Un Viaje a Bree

Advertencias:

Los personajes que aparecen en esta historia no me pertenecen, todos y cada uno de ellos son propiedad de J.R.R. Tolkien, con algunas excepciones ya que he metido algunos personajes de mi propia invención, sin embargo la historia que a continuación se presenta es total y completamente mía.

Me tome la libertad de convertir a Bilbo en Bilba, por lo que Bilbo será un personaje Femenino, espero que esto no sea un impedimento para que disfruten de la historia, tratare de conservar la esencia de todos y cada uno de los personajes, porque sinceramente los amo tal cual son.

Ahora sí, sin más por el momento, disfruten de la historia.

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Al día siguiente Bilba Bolsón salió de su habitación ya más calmada, saludo a sus primos y a su madre pero no se quedó para el segundo desayuno, aún seguía enojada con su madre por haberle ocultado lo del compromiso, si bien era cierto que los Hobbits eran criaturas sumamente amables eran también algo rencorosas, aunque no por mucho tiempo en algunos casos, si no pregúntales a los Rotatuerta y a los Brukham, tenían años sin hablarse más de lo necesario y solo por un viejo rencor que ya nadie recuerda, nadie más que la vieja Rosa Rotatuerta, pero esa vieja Hobbit ya estaba más para allá que para acá, tarde o temprano se iría a los jardines de Yavanna a un muy merecido descanso, Bilba no recordaba a ninguna Hobbit más vieja y respetable que ella en todo Hobbiton.

Partió al mercado con nada más que su Chal y su canasta tejida, su madre se iría ese día a Bree, así que no podía seguir molesta con ella, necesitaba hacer las paces antes de que se fuera, quizás unas golosinas para el camino serian una buena disculpa.

- ¡Pero que extraño verte tan temprano en el mercado, Bilba Bolsón! – exclamo una voz viniendo hacia ella, Bilba se giró y vio a Lobelia Ciñatiesa, mirándola de arriba abajo.

- Querida Lobelia, que extraño verte a ti aquí – Bilba le sonrió sin muchas ganas, si había alguien en todo Hobbiton con quien Bilba no quería ser amable o gentil esa era Lobelia, alias "la acosadora de Otho".

- No parece un vestido de mercado, mas parece un vestido de quehaceres.

- No tenía planeado venir, por eso no me cambie adecuadamente, fue algo de último minuto – le restó importancia mientras guardaba algunas nueces recién compradas en su canasta.

- ¿Planeas viajar? – pregunto Lobelia mirando groseramente el contenido de su canasta.

- Mi madre de hecho, había olvidado que lo haría así que no las compre ayer, le daré algunas golosinas para el camino y el resto las tomare para cuando trabaje en mi jardín, por cierto, ¿Cómo están tus rosas? – pregunto para desviar el tema, no le apetecía hablar con lobelia sobre que hacía y que no hacia su madre.

- Están muy bien de hecho – levanto la cabeza con orgullo y miro de reojo a Bilba estudiándola – ganaremos este año sin dudas.

- Si tú lo dices – soltó en voz baja, claro que Lobelia la escucho.

- Eso haremos, he estado tratando a mis rosas con una nueva receta para hacer que florezcan más grandes y hermosas este año – se defendió.

- No lo dudo Lobelia, espero verlas en la competencia de este año entonces – le sonrió antes de alejarse de la mujer, en realidad a Bilba no le importaba el por qué alguien como Lobelia estaría en el mercado a esa hora, apenas era el primer desayuno después de todo, por lo general las personas iban al mercado en el segundo desayuno o después, muy pocos lo hacían en el primero, pero por lo general era para comprar algún ingrediente que fuera necesario para complementar su primer desayuno, así que se fue antes de que Lobelia decidiera seguirle hablando.