Trolls en las Montañas

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Advertencias:

Los personajes que aparecen en esta historia no me pertenecen, todos y cada uno de ellos son propiedad de J.R.R. Tolkien, con algunas excepciones ya que he metido algunos personajes de mi propia invención, sin embargo la historia que a continuación se presenta es total y completamente mía.

Ahora sí, sin más por el momento, disfruten de la historia.

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A la mañana siguiente, Bilba estaba montando a Myrtle mientras trataba de no quedarse dormida por el fuerte dolor de cabeza con el que se había despertado, no era la peor resaca que hubiese tenido, pero aun así era una resaca y sumado al hecho de que le dolían horriblemente sus pies, esa era la peor mañana para Bilba Bolsón en mucho tiempo, tanto tiempo comportándose como una Bolsón adecuada había hecho que perdiera resistencia al alcohol, se quejó nuevamente cuando el sol le dio en los ojos y suspiro molesta antes de esconder su rostro en la Crin de su Pony.

- No debiste beber tanto anoche.

- Eso no fue nada – le contesto a Oin quien era el médico de la compañía – normalmente bebo más que eso.

- Si pero hace mucho que no lo hacías Bilba – dijo Belladona sobando la espalda de su hija en un intento por consolarla – debiste bajar el ritmo.

- Yo no te digo a ti cuanto beber – renegó levemente mientras hundía aún más su cara contra la sedosa crin de Myrtle.

- Si pero yo no deje de beber por 5 años – defendió la Hobbit tomando las riendas del Pony de su hija - ¿Por qué no duermes un poco?, yo guiare A Myrtle.

- Sería lo mejor – apoyo Oin permaneciendo al lado de la Hobbit intoxicada – si tienes ganas de vomitar avísame – le dijo mientras seguía mirándola con preocupación, nunca había visto a una pequeña criatura ingerir tanto alcohol en toda su vida.

- Gracias maestro Oin – susurro Bilba mientras se acomodaba mejor en el Pony.

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4 horas después Bilba se levantó y estiro sobre la espalda de Myrtle, se sentía muchísimo mejor que en la mañana, y ya casi era la hora de la comida, pero aun así sabía que no debía molestar a su estómago con una pesada comida rica en carne como estaban acostumbrados los Enanos, de lo contrario esta saldría por su garganta tan rápido como llegara a su estómago, debió de hacer cenado algo anoche en vez de dejar que Emma la convenciera de comenzar a beber y mucho menos dejar que la convenciera de entrar a un concurso de bebidas con un hombre que le doblaba la altura, ya se encargaría de vengarse de su querida y alborotadora amiga Humana cuando volviera, si es que volvía... y hablando de eso... por alguna razón en su mente no paraban de aparecer pequeñas escenas de ella bailando con...

- Madre... - dijo Bilba incorporándose sobre su Pony.

- ¿Si Bilba? – Pregunto Belladona bajando de su Daysi y guiando a ambos ponis al improvisado campamento que estaban haciendo los Enanos para descansar y preparar su comida.

- ¿Qué paso anoche? – pregunto confundida y su madre la miro aún más confundida que ella.

- ¡OIN! – grito asustada Belladona al médico captando la atención de los Enanos más cercanos.

¿El Enano del que me enamore es un Rey?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora