Prólogo

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Prólogo:

Querido amigo sombrita:

Aunque casi siempre no te guste salir de tu árbol, me la paso bien corriendo y jugando con vos. Entiendo que seas tímido y no te muestres. A mí también me cuesta hablar con los demás en mi clase. Hasta me da vergüenza que me vean! Se me ríen de mis dibujos, los cuales en su mayoría son de nosotros juntos en el bosque. Claro que como nunca te vi pensé que serias morocho como los árboles y con ojos verdes como las hojas. Todos se burlan, pero no saben de lo que se pierden quedándose en sus casas aburridas. Ah! y no sabes! Esta vez Sebastián no alcanzo ni a rayar media hoja de mi cuaderno antes de llenarle la cara de purpurina, ja!! Si hubieras visto su expresión, era una estrella fugaz, y no solo lo digo por como salió corriendo, sino por cómo se chocó contra la pared antes de salir por la puerta. Tus consejos en los sueños suelen ser muy buenos. Espero que te guste el pastelito, lo hizo mamá para llevarlo a la escuela y convidar a mis compañeros, aunque claramente no sabe que siempre los termino compartiendo con juan el portero y con vos. Es muy divertido hablar con juan, que por cierto, te manda un saludo. Bueno sombrita, espero que disfrutes el pastelito, y ya estoy ansiosa para que volvamos a jugar mañana!

Te quiero- Amancay

Deje la carta en el conocido hueco del árbol junto al pastelito. Acaricie unos segundos la madera con mis pequeñas manos, apoye la orejita en el tronco e intente escuchar lo que me decía, Pero solo escuche ruiditos molestos. Me aleje y arranqué a caminar por el bosque hasta llegar a la calle del otro lado y caminar directo a mi escuela.

Hoy, el día estaba particularmente enojado. Miraba el cielo y rezaba para que sombrita (mi amigo del bosque) esté bien escondido antes de la lluvia.

Mientras pensaba llegué a la puerta de la escuela. Donde los padres besaban a sus hijos antes de que entren eufóricos al establecimiento.

-Amancay!- me di la vuelta antes de tocar la puerta y la señorita Marina la mamá de Sebastián se acercó a saludarme. A comparacion de el niño ella demostraba ser dulce y atenta. Le di una sonrisa de oreja a oreja y vi como una cabellera rubia y ojos celeste gruñón se escondía como malhumorado tras sus piernas- como está tu tío?- preguntó alejándose de mí para darme espacio a respirar.

-Bien, está tomando las pastillas que le diste, parece que tiene más colores ahora.

-Me alegro mucho- me toco el hombro y luego miró a su hijo- sal de ahí hijo. qué no es educado no saludar a cay- el solo me miro con los ojos entrecerrados y salió corriendo para la escuela.

Marina resoplo y me miró

-es medio tímido, ya sabes- yo sonreí pensando en su cara llena de purpurina.

-nos vemos mañana.

Dicho eso Salí corriendo para mi salón. Miles de niños corrían por la sala. Algunos ya estaban sentados sacando sus cuadernitos, otros revoloteaban sobre la sillas o jugando al pelo pelito es. Yo decidí sentarme en mi sillita al lado de la ventana que daba la vista al enorme árbol de al lado.

Mientras sacaba mi cartuchera llena de lápices de colores entró la señorita y aplaudió para que se sienten todos.
-Bueno niños hoy estuve viendo algunas cuentas que hicieron y la verdad es que me decepcionaron bastante y e... PAULA- agito su mano y todo nos dimos vuelta a ver a nuestra compañera que parecía sorprendida- puedes dejar de hablar con Lorena y estar más atentas? Gracias.

Y así fue como paso la clase, yo odiaba las matemáticas las o-di-a-ba realmente. Veía un número y solo pensaba; que triste es ser un número. Estas aburrido, y solo, y nunca cambias de forma. A veces me gusta la pareja que hacen el cinco y el tres, porque siento que no todos los quieren. quizás me gustan porque son muy distintos. El tres me molesta un poco por ser impar pero el cinco es fabuloso es perfecto y...

Los cuentos nunca duermenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora