La chica del cuaderno azul (TERMINADA) #PremiosWattys2017

Capìtulo 5

Me quede ahí, quieto, al descubrir unos de sus tantos secretos, mi cabeza lo procesaba y no entendía como una chica como ella podía ser un alma suicida, de todas las cosas que existen no imagine que se haría daño a sí misma, siendo tan hermosa, siendo ella.
Sé que no la conozco pero a su lado sentía que estaba todo mejor, que las cosas ya no estaban tan mal y que al mirarla a los ojos podía conocer cada rincón oscuro en su interior. Entre mis pensamientos, un recuerdo apareció en mi mente.

FlashBack

-Mi pequeño Patch, ya no llores- Me decía mi madre mientras me abrazaba- Dime, ¿por qué lloras?, ¿quieres?- Asentí lentamente.

-Logan se burló enfrente de todos de mis anteojos y yo pensé que era mi amigo- Dije en un sollozo.

-Patch escúchame- Me levanta la cara para que la mire a los ojos- A veces las personas aparentan ser algo que no son, la gente miente muy bien, las apariencias engañan.

Fin del FlashBack

Los recuerdos de mi infancia son tan buenos como dolorosos, tenerlos presentes me hace anhelar la idea de cómo sería tener a esa madre que se preocupaba de cómo estaba o si necesitaba un abrazo o un beso, pero las cosas ya no eran así, con el tiempo todo fue destruyéndose, su trabajo paso a ser lo más importante y su ansias del dinero y el poder creció más y más, junto con mi padre solo peleaban por nuestra economía como si no tuviéramos cosas de sobra, como si no existieran cosas más importantes que esas. Ellos creían que nuestra relación podía sanarse mediante cosas materiales y no era así, no me interesaba ni tener el mejor celular ni el mejor auto, solo quería una familia cariñosa y feliz como lo éramos antes de que se metieran en el mundo de los ricos, yo no pertenecía a ese lugar, era muy consciente de que podíamos vivir felices con la mitad de las cosas que teníamos pero para ellos nunca alcanzaba. A pesar de cómo eran las cosas ahora, mi madre me había enseñado algunas cosas que nunca voy a olvidar, como que las apariencias engañan y Tess era el claro ejemplo, ella no era una chica rara, solo la vida no había sido la mejor para ella.

Durante toda la semana Tessa no apareció, falto a las clases, no se acercó al instituto y yo ya me había empezado a preocupar, le pregunte a la gente en las clases y en los pasillos pero nadie pudo responderme nada. Quise hablar con Will, pero no habíamos hablado desde la última vez en las gradas y estaba seguro de que ya se solucionaría todo, no tendría que enojarse, es mi vida y mi decisión. Mi única compañía diaria e insoportable era Melany, me seguía de un lado al otro, tratando de llamar mi atención, no entendía como seguía insistiéndome después de lo que le había dicho en el comedor la última vez, sin dudas las chicas están locas.

Salgo del instituto y no quería volver a casa todavía, por eso decidí caminar sin rumbo alguno, me pongo mis auriculares y pongo algo de música para disfrutar más el camino. Luego de un tiempo me doy cuenta que no se en donde estoy y que seguramente me encontraba lejos de casa, me saco las auriculares, giro la cabeza primero para la derecha y luego para la izquierda, solo habían casas, estaba perdido hasta que sentí su tacto en mis hombros, una corriente recorrió todo mi cuerpo de pies a cabeza, rápidamente me di la vuelta y la vi.

-¿Qué haces aquí?- Le pregunto.

-Eso debería preguntarte yo- Me responde y sonrió ante eso.

-Me gusta que me hables- Ella desvía la mirada al suelo- ¿Por qué siempre llevas tu cuaderno azul?- Pregunto mirando su cuaderno, ella niega como respuesta- ¿No me lo dirás?- Pregunto haciendo que vuelva a negar con su cabeza- ¿Puedes confiar en mí? Solo quiero ayudarte.

-¿Por qué?- Me pregunta.

-Porque sé que necesitas mi ayuda- Le digo seguro de mí.

-Tú no sabes nada- Me afirma ella- No necesito tu ayuda.

-Sabes que si la necesitas, Tess- Ella asiente lentamente, pero luego niega- Quiero ayudarte Tess, se lo que es estar solo, y lo mejor es tener a...- No termino mi oración porque me interrumpe apresurada.

-No, tú no sabes por lo que pase, tú no sabes nada, solo piensas que sabes-Suspira estresada- Haces demasiadas preguntas y suposiciones, yo no estoy sola- Me dice furiosa.

-Entonces mírame a los ojos y dime que no me necesitas- Le digo acercándome, ella levanta su mirada- Atrás de tu mirada, muy dentro de ti, donde tus demonios no llegan tienes esperanza para que alguien te ayude a salir de allí- Hice una pausa- Y yo quiero ser quien te ayude.

-No quieres conocer mis demonios- Me advierte.

-Déjame mostrarte que puedes ser amada, déjame amarte a ti y a tus más crueles demonios- Ella niega.

-Nadie puede amar a alguien como yo.

-Tess, no voy a decirte que eres perfecta, pero si te aseguro que puedo amar cada una de tus imperfecciones- Ella realmente me gustaba y era algo completamente nuevo para mi, sentía una conexión inigualable.

-¿Por qué me haces esto?- Pregunta- ¿Por qué?- Repite.

-Por todas las cosas que te dije, quiero ayudarte Tessa- Y cuando nos dimos cuenta estábamos a centímetros, su respiración chocaba en mi cara, al igual que la mía en la suya- Puedo...- Me quedo callado-¿Besarte?- Le pregunto tímido y ella solo rosa sus labios junto a los míos.

-¡Tessa, entra!- Grita un hombre desde la puerta de la casa blanca, Tessa se separa de mi rápidamente y me saluda con su mano, para luego entrar en esa casa y dejarme ahí parado mirando cómo se aleja de mí, generando un vacío cada vez más grande con cada paso.