Capitulo 17

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EL SAPO ROSA

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—Muy bien -dijo Hermione— Entonces, la siguiente pregunta es con qué frecuencia queremos reunimos. Creo que, como mínimo, deberíamos reunimos una vez por semana...

—Un momento —terció Angelina— tenemos que asegurarnos de que esto no interferirá con nuestros entrenamientos de quidditch.

—Eso -coincidió Cho.— Ni con los nuestros.

—Ni con los nuestros —añadió Zacharias Smith y Valentino con Enzo asintieron.

—Estoy segura de que podremos encontrar una noche que le vaya bien a todo el mundo -afirmó Hermione.— pero piensen que esto es muy importante, estamos hablando de aprender solos a defendernos de Vo-Voldemort y de los mortífagos...

—¡Así se habla! —bramó Ernie Macmillan y Venus rodó los ojos, aún le caía mal—Personalmente creo que lo que intentamos es muy importante, con seguridad lo más importante que haremos este curso, más incluso que los TIMOS. Personalmente no me explico cómo el Ministerio nos ha endilgado una profesora tan inepta en este periodo tan crítico. Es evidente que no quieren aceptar que quien-ustedes-saben ha regresado, pero ponernos una profesora que intenta deliberadamente impedir que utilicemos hechizos defensivos...

—Creemos que la razón por la que Umbridge no quiere entrenarnos en Defensa Contra las Artes Oscuras es que se le ha metido en la cabeza la idea de que Dumbledore podría utilizar a los estudiantes del colegio como una especie de ejército privado. Cree que podría movilizarlos para enfrentarse al Ministerio.

—Bueno, es lógico. Al fin y al cabo, Cornelius Fudge tiene su propio ejército privado.— dijo Luna.

—¿Qué? —saltó Harry.

—Sí, tiene un ejército de heliópatas —afirmó Luna con solemnidad.

Venus la miro curiosa.

—Eso no es cierto—le espetó Hermione.

—Claro que sí— la contradijo Luna.

—¿Qué son heliópatas? —preguntó Neville, perplejo.

—Son espíritus de fuego -contestó Luna —unas enormes criaturas llameantes que galopan por la tierra quemando cuanto encuentran a su paso...

—No existen, Neville.— aseguró Hermione de manera cortante.

—¡Claro que existen! -insistió Luna, furiosa.

—¿Podemos seguir?— se quejo Venus.

—Bueno, a mí una vez por semana no me parece mal.— la siguió Lee.

—Bueno, la otra cosa que queda por decidir es dónde vamos a reunimos...

—Bien, intentaremos encontrar alguno.— declaró Hermione.—Mandaremos un mensaje a todos cuando tengamos la hora y el lugar para el primer encuentro. Registró en su bolsa y extrajo pergamino y pluma, luego asintió, como si estuviera buscando ánimos para decir algo. —Creo que ahora cada uno debería escribir su nombre, para que sepamos que ha estado aquí. Pero también creo -añadió- que todos deberíamos comprometernos a no ir por ahí contando lo que estamos haciendo. De modo que si firman, se comprometen a no hablar de esto ni con la profesora Umbridge ni con nadie.

Fred cogió el pergamino y, decidido, firmó en él, Venus lo siguió. Luego de que terminaran firmando todos la puerta se volvió a abrir, Venus sonrió a ver a sus amigos de slytherin.

Venus y la orden del fénix [5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora