Capitulo 35

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MAL PLAN

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Mientras Harry tenia metida su cabeza en la chimenea, Venus y Hermione escucharon pasos hacia donde ellos estaban y la puerta se abrió de golpe y ambas se asustaron.

Venus sin pensar mucho creo una barrera justo en la puerta para evitar que entraran y Harry tuviera tiempo pero sabia que no iba a durar mucho ya que la barrera era de agua que tenia recargada y pronto se iba a acabar el agua. La gente del otro lado miraban sorprendidos el agua que formaba una barrera pero Umbridge no estaba tan contenta y comenzaron a lanzar hechizos que con suerte no pasaban.

-Herms- exclamo Venus cansada mientras observaba la horrible sonrisa de Umbridge.

-¿Que pasa?- pregunto preocupada.

-Busca algo con filo y cortame- dijo y Hermione la miro horrorizada. -El agua se me acaba y necesito algo liquido- dijo, Hermione comenzó a buscar pero ya era tarde, el agua habia caído al suelo.

Parkinson agarro a Venus y le apretó con fuerza sus manos causando algo de dolor, lo mismo hicieron con Hermione, Ron, Neville, Ginny, Luna, Gabriella y Fede, mientras Umbridge se dirigía hacia Harry y lo sacaba de la chimenea. 

-Quiero saber qué hacían en mi despacho -dijo la profesora Umbridge agitando el puño con que le sujetaba el pelo a Harry, de modo que éste se tambaleó.

-¡Quería... recuperar mi Saeta de Fuego! -repuso Harry con voz ronca.

-Mentira. -La profesora volvió a zarandearlo-. Tu Saeta de Fuego está custodiada en las mazmorras, como sabes muy bien, Potter. Tenías la cabeza dentro de mi chimenea. ¿Con quién te estabas comunicando?

-Con nadie -contestó Harry, e intentó soltarse, notando cómo varios cabellos se le desprendían del cuero cabelludo.

-¡Mentira! -gritó la profesora Umbridge. Le dio un empujón, y Harry chocó contra la mesa. Venus se intentó liberar sacudiéndose. Estaba demasiado enojada.

-Muy bien, Potter -comenzó-. Has colocado vigilantes alrededor de mi despacho y has enviado a esos payasos -señaló con la cabeza a Ron y Fede, Malfoy rio aún más fuerte- para que me dijeran que el poltergeist estaba provocando el caos en el departamento de Transformaciones cuando yo sabía perfectamente que estaba manchando de tinta las miras de todos los telescopios del colegio, porque el señor Filch acababa de informarme de ello. Es evidente que te interesaba mucho hablar con alguien. ¿Con quién? ¿Con Albus Dumbledore? ¿O con ese híbrido, Hagrid? No creo que se tratara de la profesora McGonagall porque tengo entendido que todavía está demasiado enferma para hablar con nadie.

-Muy bien -continuó con su dulce voz, más falsa y más peligrosa que nunca-. Muy bien, señor Potter... Le he ofrecido la posibilidad de contármelo voluntariamente y la ha rechazado. No tengo otra alternativa que obligarlo. Draco, ve a buscar al profesor Snape.

Malfoy se guardó la varita de Harry en el bolsillo de la túnica y salió del despacho con la sonrisa en los labios. Pasaron unos cuantos minutos, cuando la puerta se abrió nuevamente. Malfoy y el profesor Snape quien se quedó quieto al ver lo que sucedía.

-¿Quería verme, directora? -preguntó éste, y miró a las parejas de forcejeantes alumnos con un gesto de absoluta indiferencia.

-¡Ah, profesor Snape! -exclamó la profesora Umbridge sonriendo de oreja a oreja y poniéndose de nuevo en pie-. Sí, necesito otra botella de Veritaserum. Cuanto antes, por favor.

Venus y la orden del fénix [5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora