Venus y la orden del fénix [5]

Capitulo 32

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LAS LEYENDAS DE HOGWARTS

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-¿Al final lo harás?- pregunto Venus al salir de DCAO.

-Debo hacerlo, porfavor no te pongas como Hermione- suplico Harry pero en cambio, la castaña dejo un beso en su mejilla. 

-Saludo a Sirius por mi- dijo, Harry le sonrió para luego salir corriendo al despacho de Umbridge mientras la castaña iba con sus dos amigos a ver la travesura de los gemelos Weasley. 

La situación era muy parecida a la del día que despidieron a la profesora Trelawney. Los estudiantes estaban de pie formando un gran corro a lo largo de las paredes (Venus se fijó en que algunos estaban cubiertos de una sustancia que parecía jugo fétido); además de alumnos, también había profesores y fantasmas. Entre los curiosos destacaban los miembros de la Brigada Inquisitorial, que parecían muy satisfechos de sí mismos, y Peeves, que cabeceaba suspendido en el aire, desde donde contemplaba a Fred y George, que estaban sentados en el suelo en medio del vestíbulo. Era evidente que acababan de atraparlos.

-Venus- 

-Hola John Be- dijo sonriendo y observo a los gemelos. -Te diviertes- 

-Algo, aunque no son mucho de mi agrado los gemelos Weasley- dijo observando también el espectáculo. 

-Pero si son los mejores gemelos-

-Hacen muchas travesuras, en especial a cualquier slytherin y eso no me agrada. -dijo.

-Bueno.. No todos tiene la posibilidad de conocer a slytherin que no sean idiotas como Malfoy- 

-Por gente así, los demás creen que somo todos igual a ellos, pero mejor dime, te funciono la poción-

-Ya la termine aunque no estoy cien por ciento segura que funcione, eso debo probarlo, tal vez pueda hacer algo de veritaserum- 

-Creo que terminaras con un mejor TIMO en pociones que yo- 

-No lo creo, ambos somos bastantes buenos, los mejores diría yo- dijo Venus, John Be tenia planeado proponerle que podrían hacer pociones juntos pero fue interrumpido por una desagradable voz.

-¡Muy bien! -gritó triunfante la profesora Umbridge, que sólo estaba unos cuantos escalones más abajo que Venus y contemplaba a sus presas desde arriba-. ¿Les parece muy gracioso convertir un pasillo del colegio en un pantano?

-Pues sí, la verdad -contestó Fred, que miraba a la profesora sin dar señal alguna de temor. Filch, que casi lloraba de felicidad, se abrió paso a empujones hasta la profesora Umbridge.

-Ya tengo el permiso, señora -anunció con voz ronca mientras agitaba el trozo de pergamino que Harry le había visto sacar de la mesa de la profesora Umbridge-. Tengo el permiso y tengo las fustas preparadas. Déjeme hacerlo ahora, por favor...

-Muy bien, Argus -repuso ella-. Ustedes dos -prosiguió sin dejar de mirar a los gemelos- van a saber lo que les pasa a los alborotadores en mi colegio.

-¿Sabe qué le digo? -replicó Fred-. Me parece que no. -Miró a su hermano y añadió-: Creo que ya somos mayorcitos para estar internos en un colegio, George.

-Sí, yo también tengo esa impresión -coincidió George con desparpajo.

-Ya va siendo hora de que pongamos a prueba nuestro talento en el mundo real, ¿no? -le preguntó Fred.