Capitulo XI : Uzumaki

304 52 15
                                    

"Lo felicito, es un gran honor estar en su ceremonia"

"Es un gran mérito, de seguro que será un gran soberano"

"Espero que con nuestros imperios sigamos siendo unos buenos aliados"

"Hace mucho tiempo que no hay un emperador así de joven por la Tierra Del Fuego, mis más sinceras felicitaciones por ello"

Y así los monarcas ahí presentes le dedicaban palabras y le entregaban los obsequios.

Neji solo se limitaba a agradecer y a hacer una reverencia.

Después de un rato, los nobles se fueron a disfrutar de la celebración. Dejando más tranquilo y despejado al joven.

—Felicitaciones Neji-Niisan

—La felicito a usted. Ahora, a pesar de que no quiero aún ser el emperador. Estoy seguro que con usted como consejera no me hará falta nada.

—Ahh Neji río un poco —Que amable eres

—Solo digo la verdad —explico con simpleza

—Vamos, no es para tanto....solamente soy la segunda consejera real

—No cualquiera es elegido como consejero —Le sonrió

—Si....

Miró a su alrededor, reconoció varios rostros familiares. Como el rostro del príncipe Shino, el heredero Aburame. Desde ya hace mucho que los Aburame son buenos aliados, a menudo hacen intercambios de soldados para mejorar las habilidades de ambos ejércitos.

Y como dejar pasar a Kiba, El extrovertido príncipe Inuzuka. También eran buenos aliados, eran altamente reconocidos por criar y entrenar perros capaces de rastrear chackra y también por su peculiar arma divina, Látigo Fauce de Lobo.

A decir verdad, nunca tuvo ningún tipo de interacción significativa con ellos, de hecho...solo habrá cruzado un par de palabras cuando fué a buscar a Hinata al
Templo del Loto Ardiente.

Pero....solo les tenía un poco de estima a esos herederos por una sola razón.

—Hinata-Sama ¿Fué a saludar a sus amigos?

Eran amigos de Hinata.

No es como que él haya estado presente en el Templo del Loto Ardiente, ya que este templo era una escuela donde todos los herederos de la Tierra del Fuego acudían desde los ocho a los quince años para ser instruidos en las diferentes aptitudes : relaciones públicas, estrategia de guerra, economía y liderazgo, leyes y mitología, combate en diferentes áreas, modales y etiqueta, caligrafía, entre muchas otras.

Hinata, por supuesto, estuvo una gran parte de su vida ahí. De lo que ella había relatado, dijo que tuvo la suerte de haber tenido compañeros muy agradables. Unos más callados, ruidosos, destacados u promedio.

No se juntaba con un grupo en específico para los recesos, la gran mayoría ya tenía un grupo determinado. En cuanto a ella, solo conversaba un rato y se retiraba.

En cierto punto del proceso de enseñanza, asignaron equipos. Ella tuvo que hacer equipo con los herederos Inuzuka y Aburame. Como era de esperarse de volvieron muy unidos, formando una bonita amistad.

Ese día, él fue a buscarla como guardián junto a unos nobles y soldados. Como primeras impresiones solo pensó que eran unos muchachos comunes. Pero el hecho que ver que eran capaces de hacerla reír, simplemente le hicieron pensar el hecho de que si solo eran muchachos comunes.

—Claro que si Neji. Ah —río un poco —No sabes lo feliz que estoy de volver a verlos después de tanto tiempo. Desde a última vez que los vi

—Me imagino

—Si.....conversar con ellos en persona es mucho más agradable que por cartas.

—Claro que sí

Siguieron hablando de cualquier cosa.

El castaño, al ver a su prima así de feliz, era un peso menos en su espalda. Lo admite, es demasiado repetitivo con el tema, pero....¿como no serlo si se trata de su protegida?

—Neji, por cierto...aún me tiene intrigada y muy confusa esto de lord Hitoshi —saco el tema —Se que tu nunca me mentirías pero.....¿realmente crees que es así? Ha sido muy amable conmigo....

—Se lo juro por mi vida. Es así.

—Ya veo....

Se formó un silencio incómodo. Ninguno de los dos tenía la menor idea de que era lo que ocurría con el consejero. Lo cual, simplemente, era inmune a una opinión.

Por alguna extraña razón, ambos sentían que habían metido la pata o habían ofendido al otro.

Neji la miró. Y le sonrió.

Ella por reflejo sonrió igual.

Ambos sintieron el una pequeña calidez en el pecho.

Pero...ese momento se arruinó en el instante en que vio la silueta alta y una mano masculina posarse en el hombro de Hinata.

—Señorita Hinata, que bueno que la veo —Sonrió —Si no le molesta, quiero presentarle a alguien que quiere conocerla, o mejor dicho, reconocerla.

Ella miró con extrañeza

El castaño solo se limitó observar que hacían.

Hitoshi llevó a Hinata mucho antes de que pudiera contestarle.

El castaño notó que el viejo le puso la mano en el hombro y la guió sin esperar nisiquiera una palabra en respuesta de ella. Básicamente, la estaba obligando.

¿Donde quedaban esos modales de los que tanto habla a sus discípulos de pedir permiso? Ya en este punto ya no sabia que pensar.

Alcanzó a ver que se dirigían a una de las salidas laterales que daban hacia el jardín real.

Al frente de ellos, se hayaba un joven con la misma expresión de confusión.

No tardó en reconocerlo.

De túnicas naranjas con bordes negros, cabellos rubios, ojos azules, símbolo de espiral rojo en la espalda, marcas en las mejillas.

Era él, El heredero Uzumaki: Naruto Uzumaki

Hyuga's EmpireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora