"Basta" murmuró el alfa rodando por tercera vez los ojos.
"Peroperopero peroooooo" la vocecita -que obviamente usaba para convencer a su novio- sonó en toda la casa. Era increíble lo desesperante que podía llegar a ser el menor sólo para obtene...
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Derek deja de ver la foto de los gemelos en su celular, esa foto que subió hace unos minutos su prometido, únicamente porque la profesora de lengua extranjera ha llegado al salón de clases.
Deja su corazón en la foto y apaga el celular, a veces es más importante reafirmar sus conocimientos que ver las lindas pompitas de sus hijos.
Tyler y Dylan tienen apenas siete meses con tres semanas, ya saben sentarse, gatear y pararse ellos solos mientras de sostienen de algo, Stiles ha encontrado su karma.
Son un completo desastre, y eso que aún no caminan.
A Tyler le gusta gatear y esconderse asustando a Stiles y a Dylan le encanta ensuciarse con cosas nuevas y desconocidas cada dos por tres, ni Samuel, el sobrino de Stiles y Derek es tan desastroso a su añito.
Derek escucha la clase perfectamente, hace sus anotaciones y práctica la pronunciación, el francés es bastante bueno de aprender.
Al salir de la universidad, conduce a casa, pensando en lo que puede hacer de comer, quizá una sopa de pollo para los gemelos y algo rico para él, Su suegro el sheriff Stilinski ya se ha jubilado así que es la niñera de hoy de los monstruos, porque Stiles está en un congreso sobre armas.
Derek disfruta del ambiente del día, pasa por sus dos pequeños torbellinos, disculpándose con el Sheriff por el desastre que han dejado sus hijos y prometiendole compensarlo, los amarra en sus sillas en el auto, sube su maleta (la cuál es una maleta de viaje grande de aeropuerto, dividida, una tapa, la amarilla tiene las pertenencias de Dylan y la otra tapa, verde tiene las cosas de Tyler.
Tyler chupa la cola del gato, ya han comenzado a salirles los dientes así que esa es su forma de rascar sus encías, Dylan muerde su chupón azul de pececito.
"Muy bien, este día es de puros Hale, sin papá Stilinski así que por favor procuren divertirse" Dylan lo mira con esos ojitos de admiración que sólo él puede darle.
Era viernes, un bien merecido viernes, noche de películas (de Disney porque a los gemelos les gustan esas) y pijamas a juego (porque claro que Derek tiene un pijama de Dinosaurio y sus hijos también)
Baja a ambos nenes llevándolos al interior de la casa, dejándolos frente al televisor, colocándoles esa rara caricatura que Stiles quiere que vean 'Supermonstruos'. Comienza su trabajo en la cocina para prepararles de comer, después de dejarlos sentados en la alfombra rodeados de ese corral que impide que se vayan para otro lado.
La tarea de Derek es fácil, relativamente, solo debe mantener vivos a los gemelos, sin rasguños o golpes ( Tyler a veces rasguña a Dylan) , bien alimentados e igual de gorditos que el oso de peluche de DyDy.
Escucha a alguien tocar la puerta de entrada de la propiedad, limpia sus manos en el delantal de cintura, mira por la cámara de seguridad de quién se trata encontrando al cartero, abre la puerta sin dudar, dejando pasar a este, quien entra a entregarle un sobre grande color paja; Derek le agradece y da algo de propina por qué el jóven se tomó el tiempo de ir a entregarlo hasta casa, los gemelos miran desde la sala toda la escena.
