Capítulo 05

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Muerte. Frío. Violencia. Oscuridad. Estaba ciego. Un vacío inexpugnable insoportable de mirar. Dolía. Era un pozo negro en su pecho que crecía y crecía. Caía. No podía dejar de caer. Y ya no hubo poder. Solo pérdida.


Ben Solo abrió los ojos de golpe. El corazón le retumbaba con fuerza contra el pecho, como si quisiera salirse de la caja torácica. Escuchaba sus latidos contra el tímpano como si fueran los golpes de un tambor de guerra, fuerte pero lento. La Fuerza se estremecía. Atravesaba su ser como una cascada de agua helada, con una energía que nunca antes había visto, intensa en el seno de su existencia. Solo tenía que alargar la mano y ser partícipe de su poder. Y sin embargo, era incapaz de traerle las respuestas que buscaba, daba igual lo mucho que lo intentara. Y maldita sea, no paraba de intentarlo.


Con un gruñido, Ben estiró las piernas entumecidas y se dejó caer de espaldas. No sabía cuanto tiempo había estado en postura de meditación, sentado con las piernas cruzadas, la espalda recta, pero los músculos se relajaron aliviados cuando se tumbó en el suelo. Sobre él se extendía la cúpula de un cielo nocturno infinito.


Después de pasarse más de media vida metido en naves espaciales, creía estar acostumbrado al paisaje negro agujereado por el resplandor de las estrellas. Pero lo que tenía delante no podía compararse con el triste telón de fondo que se vislumbraba a través de una ventana de transpariacero a velocidad subluz. Estaba seguro de que allí estaba contemplando todas las estrellas de la Galaxia: las que brillaron y se consumieron, las que aún estaban por nacer. Todas tan brillantes y tan luminosas que el negro del vacío retrocedía para llenarse de color. Azul, amarillo, rojo, morado. Ben no sabía que podía haber tanto color en la noche. Una noche que estaba viva, los astros moviéndose en arcos perfectos a lo largo de la capa celeste. Era hermoso.


"El Templo Jedi de Skywalker ardía en la noche. El humo negro ascendía violento cubriéndolo todo. Las cenizas encendidas sustituían a las estrellas del cielo."


Un repentino destello atrajo su atención. La luz de una de las estrellas creció de forma repentina y empezó a caer dejando un rastro dorado. La siguió con los ojos, directa a algún punto de su izquierda. Giró la cabeza y observó justo el momento en el que tocó el suelo negro en el que estaba tumbado. La pequeña esfera luminosa lo atravesó con un leve sonido de campana, apagándose rápidamente al otro lado, creando en la superficie ondas perfectas que crecían y crecían como si fuera un estanque. Las ondulaciones llegaron hasta él rozándole levemente el rostro inclinado. Había esperado sentir como le mojaba, pero era más bien como un cálido cosquilleo. A lo lejos, escuchó de nuevo el sonido de campanas y supuso que otra estrella había caído. Se incorporó con un suspiro, pensando en estrellas que caían como simples hojas de los árboles.

Y temblarán las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora