Magnus decidió que, si iban a hacer esto, iban a hacerlo cómodos. Chasqueó los dedos haciendo que la gran mesa fuera remplazada por cómodos sofás. Todos sus amigos se habían quedado, y todos veían a Robert.
– Magnus, tengo hambre, – dijo Alec, enojado. Caminó hacía la cocina, tomó un puño de pimientos rojos y se los metió a la boca.
Nadie intentó detenerlo o seguirle, solo su Alfa, le temían miedo a su furia.
– ¿de nuevo? – preguntó Magnus, chasqueando la lengua, y haciendo aparecer un plato de curry.
Alec se lo comió todo en tiempo record y Magnus solo escondía su asco al ver comer a su lindo omega.
– ¿Me pregunto si es tu bebe demonio el que me hace querer comer tanta comida picante? – Alec bromeó al terminar, sentándose en las piernas de su Alfa y besándole sin control
– ¿Me pregunto que pedirá el bebe ángel una vez que pueda pedir? – bromeó Magnus, abrazando a su mate, y besando su cuello, mientras Alec enredaba sus piernas en la cintura de Magnus.
Magnus besó nuevamente los labios de su omega, separándose al escuchar un golpe en la sala. Suspirando, se separó de su omega y lo llevó a donde estaban los otros.
– ¿Cómo pudiste? ¡¿Cómo puedes esperar que se haga algo así?! – Izzy le gritaba a su padre, con lagrimas de enojo.
– Alec, ¿porqué aun eres un Omega? – Robert preguntó enojado, deteniéndose al ver como Magnus colocaba a Alec detrás de él.
– Aléjate de mi mate, Robert Lightwood, – Magnus gruñó, al ver como Robert se acercaba a su omega y a sus hijos.
– Izzy no es tu mate, ella ya tiene a Simon, – Robert gruñó al brujo. – ¿Por qué mi hijo aun es un Omega? ¡Las instrucciones eran bastante claras! –
– El no se refería a Izzy, hablaba de mi. Magnus es mi mate, – dijo Alec, desabrochándose su chaparra y mostrándole la marca de unión a su padre.
Robert estaba furioso. – ¡Confié en ti! Confié en que arreglarías a mi hijo, ¿y en vez te aprovechaste de él? ¿Cómo pudiste hacerle eso a un chico vulnerable que viene por ayuda? ¿Qué no tienes honor? –
Alec veía rojo por las horribles palabras de su padre a Magnus. Solo Magnus pudo detenerle antes de que llegara a Robert, usando su magia.
– Cariño, necesito que sueltes tus armas, – dijo Magnus, suavemente, logrando que Alec soltara su cuchillo. Para asegurarse Magnus buscó entre su ropa encontrando varios cuchillos más entre su ropa, incluso en sus botas y su ropa interior. – Diablos amor, realmente estás preparado, – dijo Magnus, sacando el último cuchillo que estaba en la gorra de la chamarra de Alec y dándoselo a Jace. – Te voy a soltar. Por favor, no intentes atacar a tu padre, piensa en nuestro pequeño frijolito, amor. –
Alec se dejó caer en su Alfa, a momento que sintió como la magia de Magnus desaparecía. Robert se había dejado caer en el sillón, viéndolos aun sorprendido.
– ¿Cómo te atreves a hablarle a mi mate así? Magnus Bane me ha mostrado más amabilidad, compasión y amor en una semana que tu y Maryse en toda una vida. El es mi verdadero mate, mi otra mitad, mi estrella en el universo. Y en vez de mutilarme como tu planeabas, me salvó la vida, curándome y protegiéndome como tu debiste haberlo hecho cuando tu esposa casi me mata a golpes, –
Alec se detuvo un momento a respirar y observar a su sorprendido padre.
– Amo a este hombre más que a mi vida, y lo único más importante que él en el mundo entero, son las vidas que llevó en mi. Las de mis hijos, – continuó Alec, temblando de rabia. – Y si algún día esperas conocerlos, no solo tundras que rogarle perdón por las horribles cosas que has dicho, tendrás que agradecerle por ayudarme. O te juro que cortare tu horrible corazón y lo enterraré en las tierras de Alicante junto con el podrido corazón de tu esposa, –
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El Ultimo Omega (Malec AU)
FanficLos omegas masculinos ya no existían. Él último había muerto hace 200 años. Entonces, ¿por qué Alec Lightwood reconoce a un hermoso Alfa Brujo como su alma gemela a un nivel tan profundo? Y ¿cómo es que Magnus Bane le hace sentir tan seguro cuando t...