Capítulo 6: Donde hubo fuego, cenizas quedan

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Los lunes por la mañana siempre eran el peor momento de la semana. Especialmente para los jóvenes que estudiaban y trabajaban como Roderick. Este se encontraba sentado en el patio del campus tomándose un café junto a su amigo Jimmy, quien como de costumbre se encontraba vestido como si acabara de salir de una pasarela.

—¿Cómo lo haces para verte siempre bien y atractivo? —le preguntaba Rod a su amigo quien ni siquiera tenía imperfecciones en su piel blanca— mira mis ojeras ¡mira! – añadió apuntando las bolsas que tenía bajos los ojos.

—Es solo que te ha tocado trabajar muy duro —le dijo Jimmy mientras respondía un mensaje de un pretendiente en la aplicación de citas— ¿Por qué me habla este idiota si su perfil dice no asiáticos? Adiós, cretino.

—Al menos alguien te habla —le dijo Rod melancólico.

—Basta de victimizarte, es patético. Eres guapo, simpático...eres un excelente partido —lo reprendió Jimmy al momento que guardaba su teléfono—, además, mira, al parecer Owen Mitchell cree que eres atractivo nuevamente, pero no vayas a caer en sus redes. Supe por ahí que se está cogiendo a Justin.

—¿Justin? ¡Qué asco! —exclamó Rod, luego su expresión de asco cambio a una de total alarma al ver a Owen acercándose a él— ¡De verdad viene hacia acá!

—Hola, Rod —le dijo Owen cuando llego junto a él. Luego miró a su alrededor para cerciorarse que no había nadie cerca—. No pude dejar de notar lo lindo que te ves.

—¿En serio? —dijo Jimmy poniendo los ojos en blanco ante el comentario cliché de Owen mientras se ponía de pie. Luego añadió dirigiéndose a Rod antes de alejarse con su café— Amigo, se fuerte.

—Lamento haber terminado contigo, me arrepiento cada día de mi vida —le dijo Owen poniéndose la mano sobre el corazón.

—No seas dramático —le dijo Rod haciendo caso al consejo de su amigo, aunque por dentro tan solo quería saltarle encima y comerle esos labios gruesos a besos—, aunque fuera cierto. Nuestras vidas no son compatibles: tú eres popular, eres salvavidas y tus amigos son los guapos y populares. Yo soy un mesero gay que salió del closet hace poco...no quiero volver allí dentro.

—Primero que todo, eres el hombre más guapo de esta ciudad, nunca lo olvides. Segundo, nadie dice que debas volver a eso, tan solo debemos ser cuidadosos para que la gente no lo sepa y podemos hacerles creer que somos amigos —le dijo Owen sentándose a su lado—. Sabes que estoy en el equipo de natación de la universidad. Necesito mi beca y no puedo arriesgarme a perderla. Todos mis amigos están en el equipo...ellos no son de mente abierta, me harían la vida imposible...como te digo, no puedo arriesgarme a perder la beca.

—Si ellos son realmente tus amigos te aceptarían tal como eres —le dijo Rod poniéndose de pie—. El Owen que ellos conocen es una farsa, tal como esa supuesta amistad —agregó antes de alejarse.

Owen se quedó mirando como Rod se alejaba entre la multitud de alumnos que inundaban el patio de la Universidad de Coral Reef ese caluroso día de verano, vistiendo unos pantalones cortos color caqui y una camisa corta blanca con líneas grises. Esos pantalones marcaban su trasero y dejaban al descubierto gran parte de sus piernas ¿Cómo podía ese chico creer que no era atractivo? ¿Cómo pudo dejarlo escapar? ¡Qué tonto fue! Si tan solo le hubiera seguido la corriente en lo relacionado con el chico pez. Amaba a Roderick más que por su exterior, ya que era un chico maravilloso como ningún otro, a pesar de sus locuras y desvaríos. Tenía que recuperarlo, debía hacerlo. Tarde o temprano lo haría entender la importancia de guardar las apariencias en un círculo como el suyo. Tarde o temprano estarían juntos.

Con ese último pensamiento se puso de pie y regresó hacia su grupo de amigos, quienes lo esperaban con una voluptuosa chica que querían presentarle. Tendría que seguirles el juego, debía guardar las apariencias. 

The Little Merman #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora